La declaración añade más presión sobre la investidura
La CUP pide un gesto a JxS para un president distinto a Mas
La declaración de inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente en forma de república es, además de la elección de Carme Forcadell como presidenta del Parlament, el primer gran acuerdo de la undécima legislatura entre Junts pel Sí y la CUP. Un acuerdo que no ha tardado ni un día en materializarse una vez estrenado el mandato y que, en la práctica, añade más presión sobre la investidura del presidente de la Generalitat, que se mantiene como la principal incógnita a despejar ante la fecha límite de inicio del pleno, el próximo día 9 de noviembre.
El hecho es que las dos partes quieren hacer valer sus posiciones y rentabilizar las respectivas concesiones que han tenido que realizar para alcanzarlo: la CUP, por ejemplo, ha renunciado a su lenguaje más directo y taxativo y a hablar explícitamente de desobediencia y Junts pel Sí ha aceptado considerar deslegitimado al Tribunal Constitucional y el espíritu de desacato que, de algún modo, subyace de forma implícita en todo el texto de la declaración. Y a partir de aquí unos y otros, aún coincidiendo en que este primer acuerdo no es un “cambio de cromos” con vistas a la investidura del presidente de la Generalitat, sí quieren aprovecharlo para marcar el terreno de la negociación.
“Hemos demostrado altura de miras y nuestra enorme generosidad política, pasando por encima de las siglas y las personas, y si todos lo leemos igual habrá un quién distinto a Artur Mas, un presidente de consenso, que permita la investidura el 9 de noviembre”, remarcó Albert Botran, portavoz de la CUP en el Parlament, en un claro mensaje dirigido a Junts pel Sí, que, por su parte, evitó entrar en polémica
más allá de constatar la “voluntad compartida de que el proceso salga adelante”, en palabras de Raül Romeva. La coalición de CDC y ERC mantiene oficialmente al actual presidente de la Generalitat en funciones como candidato a la reelección y, en este contexto, fuentes del partido de Artur Mas sitúan el acuerdo sobre la declaración, “que el nuevo presidente
hará suya”, como “la voluntad de demostrar, si alguien lo dudaba, que vamos en serio, que el compromiso es firme”, pero bajo ninguna circunstancia como una contrapartida para la investidura.
La intención de Junts pel Sí y la CUP, en cualquier caso, es que el pleno del Parlament apruebe la próxima semana, antes del debate de investidura, su propuesta, que ayer la mesa admitió a trámite y a la que hoy dará carácter de urgencia. Con el permiso de la oposición, porque C’s, PSC y PP anunciaron que llevarán ante los servicios jurídicos de la Cámara una declaración que tildaron de “golpe a la democracia y al orden constitucional”. Al mismo tiempo, registrarán hoy mismo una petición para que la mesa reconsidere la admisión a trámite.
En este sentido, la líder de C’s y jefa de la oposición, Inés Arrimadas, lamentó que Junts pel Sí y la CUP se situen fuera del marco legal vigente y pretendan lograr con declaraciones en la Cámara catalana “lo que no han ganado en las urnas” con las elecciones del 27 de septiembre.
El PSC hizo pública su posición a través de un comunicado en el que advierte de que la aprobación de la propuesta de resolución constituiría el error político más grave desde la recuperación de las instituciones de autogobierno. Los socialistas catalanes avisan de que “el resultado de las elecciones del 27 de septiembre no otorga un mandato democrático para un proceso unilateral hacia la independencia” y de que “la victoria de los partidos independentistas les habilita para gobernar, pero no para romper con la legalidad”.
El líder del PP en Catalu-
nya, Xavier García Albiol, consideró que la declaración tiene como finalidad “tapar los registros” por la presuntas tramas de corrupción del caso Pujol y del 3%. Y, asimismo, anunció que el PP registrará una propuesta de resolución “con el compromiso de garantizar desde el Parlament el derecho y la igualdad de todos los catalanes”.
Unos movimientos ante los que Catalunya Sí que es Pot se mantiene por ahora expectante, si bien su portavoz, Joan Coscubiela, coincidió también en que el movimiento de Junts pel Sí y la CUP busca tapar los casos de corrupción y anunció su propia propuesta de resolución.