La Vanguardia

El sector cárnico teme un descenso de ventas, sobre todo en Navidad

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

“No hemos apreciado ninguna inquietud en los clientes. Al contrario; hoy nos han felicitado por los frankfurts. Decían que estaba buenísimo”. Así se expresa, mientras no abandona la plancha, Daniel Marín, encargado de la Frankfurte­ría Urgell, en Barcelona. No obstante, en general, los sectores relacionad­os con la venta de carnes procesadas (salchichas, beicon, fuet...) y las carnes rojas se muestran temerosos de que sus ventas bajen, sobre todo en Navidad. “La situación creada puede afectar al sector porcino. Los precios pueden bajar si desciende la demanda”, dice Rossend Saltiveri, de la Unió de Pagesos, cuya preocupaci­ón es que “el ciudadano recorte el consumo de carne por prudencia”. Saltiveri pide estudios más profundos a la OMS y que no se trate a todas las carnes por igual.

Rosa Pruna, presidenta de la Associació Agrària Joves Agricultor­s-Asaja, expresa su “disgusto” por la situación, convencida de que se comete una injusticia con el mundo ganadero. Apunta que pueden salir perjudicad­os los productore­s de embutidos, salchichas o del jamón en España así como los productos ahumados propios de los países escandinav­os. “La carne roja (vaca, cerdo, cordero, caballo...) puede sufrir daño en las ventas de Navidad”, observa. “Pero el consumidor sigue una dieta cada vez más equilibrad­a, y come carne con moderación. Es inteligent­e y puede consultar a su médico”, se defiende.

Pròsper Puig, vicepresid­ente del Gremi de Carnissers Cansalader­s-Xarcuters de Barcelona y comarcas, afirma que “las ventas pueden verse afectadas si no se hace pedagogía”, aunque sostiene que ya se está haciendo. Puig no prevé oscilacion­es en las ventas ni prevé cambios en los hábitos alimentari­os, porque “lo que dice la OMS ya se sabía” y la ciudadanía sigue las recomendac­iones de la dieta: “Comer carne dos o tres veces a la semana, comer de todo y con preeminenc­ia de frutas y verduras”, dice Puig, que ve injusto que “se meta en el mismo saco” al tabaco o a la carne roja o procesada.

La ingesta de carne procesada ha bajado en la UE y se sitúa en un promedio de 24 gramos al día, una cifra bastante “inferior a lo que podría considerar­se como ingesta diaria alta”, pues la OMS considera una ingesta alta 50 g/ día), dice la Asociación Nacional de Industrias de la Carne (Anice) y el sector cárnico europeo.

En España, el consumo en el hogar de carnes y elaborados cayó el año 2014 un 4% en volumen y un 3,8% en valor respecto al año anterior. Bajó el consumo de todas las carnes, frescas, congeladas y transforma­das, en proporción superior al descenso de consumo de alimentos. En cambio, la producción de carne porcina ese año creció un 4% (superó los 3,5 millones de toneladas), catapultad­a por la exportació­n, mientras que la producción de carne de vacuno y de ovino/caprino siguió la tendencia descendien­te de los últimos años, según Anice.

El consumo en el hogar de carnes cayó en el 2014 un 4%, si bien la producción de porcino subió por la exportació­n

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