La bolsa de vivienda nueva requiere al menos 15 años para ser absorbida
La población necesita de 40.000 a 200.000 pisos al año, según el Banco de España
Después del batacazo del sector inmobiliario de los años más duros de la crisis, desde el 2014 las señales del mercado comienzan a ser positivas. Por ejemplo, ayer mismo, el INE confirmó que el número de hipotecas en agosto creció un 25,8% con respecto al año anterior y estas encadenan una subida de 15 meses. Pero ¿cuál es el alcance de esta “suave recuperación”, tal y como la califica el Banco de España en su último boletín? Los técnicos del órgano supervisor consideran que queda un largo camino para recuperar un crecimiento robusto y, en todas sus estimaciones, llaman la atención sobre lo improbable de recuperar ni de lejos el ritmo que caracterizó la época de la burbuja inmobiliaria.
En el boletín, publicado ayer, el servicio de estudios del Banco de España se detiene en abordar cuántos hogares se crearán a medio plazo y qué impacto tendrá en el mercado de vivienda nueva. Según sus cálculos, concluyen que harán falta en el mejor de los casos al menos 15 años para lograr que desaparezca la oferta de pisos de nueva construcción que se acumulaba el año pasado –y que el Ministerio de Fomentó cifró en alrededor de 540.000 unidades–. Si se cumple la previsión menos optimista del órgano que dirige Luis María Linde, en el 2029 aún quedaría la mitad de esta bolsa por vender. Más allá de lo que se siga construyendo.
Estos cálculos se basan en la estimación de que, en los próximos 15 años, en España se necesitarán anualmente entre 40.000 y 200.000 viviendas, para atender a los de 63.000 a 238.000 hogares que se crearán al año, en función de la situación económica y de la entrada de inmigrantes. Los analistas precisan que, aunque se produjera la previsión más optimista de nuevos hogares, ésta quedaría por debajo de la ocurrida entre el 2003 y el 2008, un momento de “fuerte crecimiento poblacional”. En el caso de darse el escenario más pesimista, el número de hogares se reduciría en un tercio de las provincias españolas.
Por otra parte, el Banco de España también constató ayer que la relativa alegría del consumo en España, una de las causas principales por las que la economía crece a un ritmo superior al 3% en lo que va de año, se ha moderado con el inicio del curso escolar. “El gasto de las familias españolas en bienes de consumo habría mantenido un elevado dinamismo al final del tercer trimestre del año, aunque algo inferior al de los meses previos al verano”, dice la institución que gobierna Linde.
Sin alarmas, el Banco de España señala algunos indicadores que refrendarían esa moderación, desaceleración o ligero freno del consumo: “Tanto el índice de confianza de los consumidores como el de los comerciantes minoristas descendieron moderadamente en septiembre, si bien continuaron en niveles próximos a sus máximos históricos”. El consumo se ha beneficiado este año de varios factores, entre los que los economistas suelen destacar tres. El primero, más psicológico, es el de la recuperación de la confianza, tras una crisis durísima de la que se empieza a salir. Pero, sobre todo, las dos mayores contribuciones son la creación de empleo y las rebajas fiscales, dos elementos que contribuyen a elevar la renta disponible y, en consecuencia, el gasto.
Además, las familias se benefician también de la mayor disposición de crédito. El Banco de España asegura que “los criterios de
DESCENSO MODERADO El supervisor habla de un ligero freno del consumo en el mes de septiembre
PRÉSTAMOS A FAMILIAS Por primera vez desde el 2006, se relajan un poco los criterios de concesión de hipotecas
concesión –de préstamos por las entidades financieras– se relajaron ligeramente en el caso de los fondos destinados a familias para adquisición de vivienda en España por primera vez desde el 2006 debido a las mejores expectativas sobre la actividad económica, al aumento de la solvencia de los prestatarios y la mayor tolerancia de las entidades de frente al riesgo”.
Por lo que se refiere al crédito a las empresas, cuya evolución repercute directamente en los niveles de inversión y en la creación de empleo, el Banco de España constata que los directivos se muestran muy prudentes a la hora de endeudarse. En el tercer trimestre, la demanda de crédito se mantuvo inalterada en las pymes y retrocedió ligeramente en el caso de las grandes empresas.