Padres o padrinos
“Invertimos en start-up como estrategia defensiva”, reconoció ayer Víctor Grífols, presidente del fabricante de hemoderivados Grifols. “La innovación se ha acelerado y es muy difícil estar al día dentro de la propia compañía, con lo que preferimos estar dentro de las compañías que la hacen, no sea que se espabilen más que nosotros y tengamos que arrepentirnos”, reconoció Grífols, que participó ayer en las jornadas del sector sanitario del Iese. Las jornadas, como cada año, reunieron a los directivos de las grandes empresas sanitarias (farmacéuticas, tecnológicas, aseguradoras y hospitales), que coincidieron en que, cuando no han podido ser padres de la innovación, han apostado por ser padrinos. Así, Belén Garijo, presidenta de Merck HealthCare, explicó que la compañía quiere destinar a la innovación externa el 50% de su presupuesto de I+D. “Entramos en compañías que no sabemos cómo pueden encajar en nuestra estrategia, pero que consideramos semillas de innovación”, explicó. Para las start-up españolas, sin embargo, el gran problema es el Estado, “que no entra en el capital, como en otros países, ni se compromete a comprar los productos que desarrollan”, advirtió Josep Lluís Sanfeliu, socio de Ysios. Y “sin el apoyo de un mercado nacional fuerte esas empresas no pueden crecer y salir fuera”, lamentó Jordi Ramentol, consejero delegado de Ferrer.
Invertir en ‘start-up’ es la mejor defensa de la gran farma