La Vanguardia

Orgullo y prejuicio

José Mourinho ve peligrar su puesto en el Chelsea, que ya le busca sustituto

- MARTA MATEO

José Mourinho pende de un hilo y pronto puede ser despedido del Chelsea si no encuentra rápidament­e el antídoto para su decadente equipo, que acumula ocho derrotas y tres empates en dieciséis partidos y que ha sido eliminado de la Copa de la Liga por el Stoke City.

José Mourinho pende de un hilo. Muchas son las voces en Inglaterra que le auguran un pronto despido si el luso no encuentra el antídoto para su decadente Chelsea. Son ocho derrotas y tres empates en dieciséis partidos. Resultados demasiado pobres que aún se agravaron más cuando el pasado martes los blues cayeron en la Copa de la Liga ante el Stoke City en la tanda de penaltis. Eden Hazard, antes mago, personific­ó el error definitivo, cumpliendo la máxima de que si vienen mal dadas, nadie es inmune. La eliminació­n en una competició­n donde defendían título prendió la mecha. Tambaleánd­ose en Champions League y a once puntos del líder en la Premier, José Mourinho necesita ganar sí o sí para mantener su asiento. El ultimátum entra en vigor ante el Liverpool de Jürgen Klopp, que visita este sábado Stamford Bridge. Un partido complicado que puede ser clave para la continuida­d de The Special One. Todo lo que no sean tres puntos será razón suficiente para que un impaciente Roman Abramovich marque dos números de teléfono: o el de Guus Hiddink o el de Carlo Ancelotti.

“Mi situación general es fantástica”, disparó desafiante el entrenador tras caer eliminado. “Duermo bien todas las noches, tengo una familia fantástica y disfrutaré de mi día libre como he hecho los últimos quince años de mi vida”. Pero como siempre sucede con el Mourinho bajo presión, tras el alardeo, atizó a la prensa. “Hace unos meses me decíais que era un campeón.

Pero que había cosas más importante­s que el resultado. Ahora la gente dice que los resultados son lo más importante. Es una contradicc­ión”.

Desde que arrancó la temporada, no hay semana tranquila para el técnico, que ha ido elevando el tono, ha tirado de sarcasmo, ha probado todos los trucos pero no ha sido capaz de evitar el déjà vu. Siempre le sucede lo mismo. Su relación con los clubs que dirige repite patrón. Un primer año de ilusión y adaptación. Un segundo de títulos y éxitos. Y un tercero –con escasas excepcione­s– de destrucció­n física y moral.

Para entender este efecto dominó, hay que ir a la primera ficha: la pretempora­da. El Chelsea empezó la preparació­n del curso dos semanas más tarde que el resto de contendien­tes a la Premier. Un 14 de

TENSIÓN La eliminació­n en la Copa de la Liga sitúa el próximo duelo con el Liverpool de Klopp como determinan­te

FIEL A SU ESTILO “Mi situación general es fantástica, duermo bien y disfruto de mi día libre como en los últimos años”

julio, la fecha más tardía escogida jamás por Mourinho. Pasado el primer trimestre de competició­n, la decisión de prolongar las vacaciones parece el origen de todos los males. Van a remolque. Las lesiones se suceden y la enfermería no da abasto. Algunos jugadores confesaron excesos veraniegos. El propio Diego Costa reconoció haber vuelto con sobrepeso. Con 3 goles en 12 partidos, sin contar lesiones evitables, los datos corroboran lo desvelado por el delantero.

Pese a los esfuerzos de sus hombres más leales –Terry, Cesc Fàbregas y Rémy le han defendido a capa y espada– la cronología oscurece con el paso del tiempo. Un culebrón con Eva Carneiro y Jon Fearn –que acabaron despedidos–, investigad­o por la Federación Inglesa, críticas desmedidas a los árbitros, censura pública a sus jugadores, plantón en ruedas de prensa o un carácter agrio e impertinen­te con cualquiera que le importune. Así es José Mourinho al filo del precipicio.

Si no hubiera suficiente­s frentes abiertos, hoy se sabrá el alcance de la sanción que la FA impondrá al todavía entrenador del Chelsea después del arrebato y expulsión en el choque ante el West Ham, cuando reprendió al árbitro en el túnel de vestuarios. Un partido en la grada parece el castigo más probable, por lo que su cara a cara con Klopp peligra. El alemán, enemigo de primer orden, ya le sentenció hace tres años con el Borussia Dortmund.

 ?? DARREN STAPLES / REUTERS ?? José Mourinho durante el partido del pasado martes, en el que el Stoke eliminó al Chelsea de la Copa de la Liga
DARREN STAPLES / REUTERS José Mourinho durante el partido del pasado martes, en el que el Stoke eliminó al Chelsea de la Copa de la Liga

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