La cuenta del expresident
La cuenta que Jordi Pujol i Soley mantuvo oculta en Andorra continúa provocando sorpresas. En la comisión rogatoria del principado se describe que en los formularios rellenados para abrirla se explicitaba que el dinero procedía de la familia Ferrusola, no de la familia Pujol. Eso también chocaría con la versión dada en su día por el expresident de la Generalitat, que aseguró que el dinero era de su padre y que se lo legó a él ante el miedo que tenía a las consecuencias que tendría la carrera política que iniciaba. Pero ese dato, que se declaró como de los Ferrusola, hace pensar a la policía española que hay voluntad de ocultar el origen de estos fondos. Hay más contradicciones. Tal como explicó ayer La Vanguardia, esta comisión rogatoria también incluye otros dos documentos que atribuyen el dinero a Jordi Pujol i Soley. Uno es de fecha 21 de septiembre del 2000, está firmado por el primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, y va dirigido al banco, para afirmar que el real propietario de los fondos es su padre, y que si éste muriera deben transferirse a sus herederos. El segundo es de 4 de marzo del 2001. Es un manuscrito del expresident, donde asegura que es el titular de la cuenta. Cabe recordar que el 27 de enero del 2015, Jordi Pujol i Soley compareció como imputado en el juzgado de instrucción 31 de Barcelona, que investiga el origen de estos fondos. Aquel día declaró que el dinero no procedía ni del blanqueo de capitales, ni de la corrupción, ni de comisiones ilegales ni del erario público. Era un legado de su padre, que originalmente eran 140 millones de pesetas en dólares. Como no quería saber nada de él, nombre sucesivamente tres gestores, el último su primogénito. Entonces ya eran 500 millones de pesetas. El motivo de la multiplicación: la inversión en productos financieros. Pero según la comisión rogatoria remitida a la Audiencia, en realidad no eran inversiones de gran rentabilidad.