La Vanguardia

Carnívoros en 50 años

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Los españoles han pasado en medio siglo de comer unos 70 gramos diarios de carne y sus derivados a alcanzar casi los 170, una cifra que está muy por encima de lo que recomienda la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). Curiosamen­te, este organismo global recomienda un consumo máximo de 70 gramos diarios como se hacía en España en 1964, según los datos recogidos por la Fundación Española de la Nutrición en el informe Valoración nutriciona­l de la dieta española de acuerdo al panel de consumo alimentari­o. Ese trabajo pone de manifiesto cómo se ha ido incrementa­ndo la ingesta de productos cárnicos, principalm­ente, en los ochenta, para posteriorm­ente situarse en esos 170 en el que se encuentra desde comienzos del siglo XXI. La Encuesta Nacional de Ingesta Dietética elaborada por la Agencia Española de Seguridad Alimentari­a y Nutrición (Aesan) en el 2011 ya dejaba claro que los ciudadanos están abusando del consumo de proteínas y grasas, olvidando las verduras, las legumbres, la pasta, el arroz y las patatas, ingredient­es que formaban parte de la dieta de hace medio siglo. Tan carnívoros se han vueltos los españoles, que en el cómputo global España se situaba en el 2011 como el décimo país que más carne ingiere: 93,1 kilos al año. A la cabeza se sitúa Nueva Zelanda (126,9 kilos). Ese 2011 el país de Oceanía superó a Estados Unidos, el territorio carnívoro por excelencia. Desde hace años, los expertos no cesan de recomendar a la población que reduzca el consumo de carne porque “la pauta actual es claramente perjudicia­l para la salud”. La presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentaci­ón y Dietética, Ascensión Marcos, recomienda limitar el consumo de carne procesada a consumo ocasional y el consumo de carnes magras a tres raciones a la semana, y recuerda que las carnes rojas tienen un valor nutriciona­l interesant­e para el organismo, por su aporte de hierro y vitamina B12 en particular. Ayer mismo, los pediatras emitieron un comunicado recordando que la ingesta de carne sigue siendo necesaria para el desarrollo del niño. “Por sus caracterís­ticas nutriciona­les la carne forma parte de un grupo de alimentos en el que se intercambi­a y complement­a con los huevos y el pescado”, señalan. Los alimentos de este grupo deben de consumirse dos veces al día dentro de una dieta variada. Por tanto, los niños deberían comer carne entre 5 u 8 veces a la semana. Según los pediatras, esta aporta al niño sobre todo proteínas de gran calidad, por lo que se considera un alimento fundamenta­lmente plástico, aunque contiene una gran proporción de grasa, sobre todo saturada, y también concentrac­iones importante­s de hierro, zinc, fósforo, yodo y vitaminas del complejo B. Eso sí, recuerdan que las vísceras, los embutidos y los preparados industrial­es a base de carne no pueden sustituir a las carnes en filete o en pieza más que ocasionalm­ente. / Celeste López

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