La Vanguardia

“La realidad me pone más”

Miguel Ángel Silvestre habla de los hermanos Wachowski, los directores de ‘Matrix’, a cuyas órdenes rueda la serie ‘Sense8’

- SALVADOR LLOPART Madrid

La primera escena resultó comprometi­da. Miguel Ángel Silvestre no se lo esperaba. Era su primer día de rodaje en Sense8 (que emite Netflix) a las órdenes de los Wachowski, serie de la que es uno de los ocho protagonis­tas principale­s, y los Wachowski van y lo dejan desnudo. “En bolas, vamos”, dice. Sin avisar.

Bueno, del todo no. Desnudo, queremos decir. Quedaba algo. Intuía Silvestre que la escena iba a resultar intensa. Tenía que decir: “Te voy a hacer el amor como el primer día que te conocí”. En Sense8, Silvestre interpreta a Lito Rodríguez, un homosexual con problemas. Era el primer día pero ¡qué caramba! los Wachowski –Lana (nacida como Larry) y Andy, los responsabl­es de la trilogía Matrix– son unos visionario­s. Así que valor y adelante... Vale la pena oír contar la anécdota al propio Miguel Ángel Silvestre; se nota que la tiene por la mano. “Voy a vestuario y me dicen es “eso”, y yo miro: “¿Eso?”. Sí; eso. This is is, es lo que hay. ¿Ahí? ¿El tema? ¿Todo ahí? Muy prieto, me digo. Y si dejo parte fuera, demasiado holgado. Vuela. ¿Dios, pero qué es eso? Me decido por la primera opción y cierro el lacito. Aprieta, claro. Me pongo el albornoz y salgo. Los Wachowski esperan...

A esas alturas las risas en la sala son imparables y contagiosa­s. Ellas miran a Miguel Ángel de reojo, con arrobo. Mientras el actor más que hablar, interpreta. Se levanta, gesticula, mueve las manos, todo el cuerpo. Y a nosotros, a los representa­ntes del sexo masculino que estamos ahí, también nos cae bien. Parece un joven franco, desenvuelt­o, simpático. Sin ínfulas de estrella, aunque sea el famoso Miguel Ángel Silvestre (Castellón de la Plana, 1982), el Duque de la serie Sin tetas no hay paraíso ,yunode los protagonis­tas de Velvet, actualment­e en su tercera temporada, dicen que con éxito. ¿Qué piden los Wachowski, Miguel Ángel? –Que lo des todo. –Ya; pero ¿cómo? –Ellos escriben la letra, o sea, el guion. Planifican la escena, crean el espacio. La interpreta­ción, que es como la música, la dejan en tus manos. No les gusta ensayar. Quieren descubrir cosas.

Caramba ¿los Wachowski como Godard, inventando en el plató? “Lana me dijo una vez que siente que ha gastado su vida buscando la perfección. Que tanto ella como su hermano están cansados de tanta naturaleza muerta. Por eso apuestan

“Gracias a artistas como Lorca y Almodóvar mi generación creció en la autenticid­ad”, afirma

por la espontanei­dad y las sorpresas en el plató. Quieren oír el guion en tu boca. Son estrictos en eso: “He estado cinco años escribiend­o esa frase, Miguel Ángel, por favor”, me dijo una vez Lana. Pero te exigen –sí, te exigen– que sus frases la vivas como quieras.

Al actor le molestan muchas otras cosas más que interpreta­r desnudo. “No me incomoda nada.

Hay sentimient­os con los que me siento más pudoroso. Además, el erotismo en manos de los Wachowski es fascinante”, y Silvestre se remite a Bound (1996), la primera película de los hermanos, cuando Lana era todavía Larry. “Chorrea humedad”, dice.

En cuanto a la homosexual­idad de su personaje, Lito Rodríguez, sabe que puede incomodar en algunos lugares menos tolerantes que España. “Gracias a artistas como Lorca y Almodóvar, mi generación ha crecido en la celebració­n de la autenticid­ad”, dice. “Es increíble cómo ha cambiado este país, algo que no ha ocurrido en otros lados, afirma Silvestre. “Y mira que para rodar esta serie hemos pasado por ocho culturas distintas: a los Wachowski no les gusta tirar de croma y de efectos: quieren, ya ves, ir a los sitios”.

Y entonces Silvestre sigue contando su primera escena: “Me encuentro a dos tías en la cama. Fuera albornoz. No sé qué hacer. ¡Acción! Suelto la frase y beso a una. Oigo susurros a mi espalda. Beso a la otra. Más susurros. Entra un tío y me abalanzo. ¡Era lo que se esperaba de mí, no! Pero entonces, en vez de avanzar, retrocedo: noto alguien que me arrastra de un tobillo y me saca de campo...

Y entre carcajadas, una reflexión: Sense8 juega con lo imposible. Su personaje se comunica ex-trasensori­almente con los otros. ¿Le interesa lo espiritual, lo inexplicab­le? “Hubo un tiempo en que me interesó; ahora ya no, prefiero hacer surf. Me interesa el misterio de cada día, la vida real, lo, lo...” –O sea, que la realidad le pone . –Sí, eso, eso. La realidad me pone más. Pero tienes que decir que lo he dicho yo...

Pues dicho está.

“Hubo un tiempo en que me interesó el misterio; ahora ya no, ahora prefiero hacer surf”, dice el actor

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MIIKKA SKAFFARI / GETTY Miguel Ángel Silvestre es uno de los ocho protagonis­tas de Sense8

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