La UE denuncia un retroceso de las libertades públicas en Turquía
Con varias semanas de retraso sobre el calendario previsto debido a la celebración de elecciones, sobre todo en Turquía, la Comisión Europea hizo ayer balance de cómo avanzan las negociaciones de adhesión con los países vecinos. Como se esperaba, el informe sobre la situación en este país constata “una tendencia negativa” en las libertades y derechos humanos. “Graves retrocesos” que afectan a la libertad de expresión, la libertad de reunión y la independencia del poder judicial, anunció el comisario de Ampliación, Johannes Hahn, que pidió a Ankara que “responda con urgencia”. El Gobierno turco, como también cabía suponer, calificó los comentarios europeos de “injustos y desproporcionados”, así como de “inaceptable” la referencia a la concentración de poder en manos del presidente Recep Tayyip Erdogan, si bien asumió que había algunas “críticas justas y razonables”. La intimidación a periodistas, su encarcelamiento y la censura de contenidos en internet son también criticados por la Comisión Europea.
El informe llega en un momento delicado de las relaciones bilaterales, en que Europa y Turquía se necesitan mutuamente, en especial para hacer frente al reto de la huida de cientos de miles de personas de conflictos en la región. “Compartimos oportunidades y desafíos comunes, como demuestra por desgracia la crisis de refugiados”, dijo Hahn, admitiendo la importancia de la colaboración de Ankara con el plan de acción para reducir el flujo de personas que se desplaza hasta Europa desde los campos de refugiados turcos. El plan prevé dar 3.000 millones a Turquía para que mejore las condiciones de vida de los sirios en su país y controle mejor su frontera .
La Comisión criticó, por otro lado, las trabas que Serbia puso a la petición de ingreso en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de Kosovo, que este lunes vio cómo su solicitud era rechazada por sólo tres votos (Rusia y España también se opusieron). Para Hahn, se trata de “un retroceso” en el proceso de normalización de relaciones impulsado desde Bruselas y al que está condicionado el avance de ambos países en su camino hacia la UE. El comisario expresó su deseo de que Belgrado pueda abrir el primer capítulo de las negociaciones de adhesión este mismo año y celebró la firma por parte de Pristina, que va un paso por detrás, del Acuerdo de Asociación y Estabilización, oficializada en octubre, “un hito” para avanzar en su futuro europeo.