Los libros y los cedros
La Semana del Libro Francófono que se ha celebrado en Beirut se ha convertido en ágora de las letras de los pueblos desnortados de Oriente
El arabista Mathias Énard, flamante ganador del premio Goncourt con la novela La boussole, ha sido la estrella de la semana del libro francófono en Beirut, que se ha convertido en el ágora de las letras de esta convulsa región mediterránea.
Aunque Mathias Enard aun no había ganado el Goncourt con La boussole, fue la estrella de la Semana del Libro Francófono en Beirut. Durante años este escritor francés, volcado con pasión e inteligencia sobre Oriente, que vivió y estudió árabe en la capital libanesa y en Damasco, y persa en Teherán, presentó sus novelas anteriores La perfection du tir, Zone, Rue des voleurs en este festival que es mucho mas que una exposición de libros con firmas de sus autores, una sucesión de conferencias y mesas redondas, porque se ha convertido en el ágora de las letras, en la turbulenta historia de estos pueblos desnortados.
En medio de esta terrible guerra del Levante, en Siria y en Iraq, de esta gangrena que va devorando a estos pueblos, en Beirut se sigue festejando la libertad de la literatura y del arte. Líbano es todavía un florón de la francofonía en un mundo mediterráneo dominado por el inglés. Alexandre Najar, Charles Majdalani, son dos escritores pujantes, deus ex machina de este encuentro al que acuden novelistas, poetas, historiadores, ensayistas, invitados de diferentes países francófonos como Canadá, Bélgica, Suiza, o de repúblicas africanas y árabes donde aún no se ha extinguido la frágil llama de la lengua francesa. Robert Solé, nacido en El Cairo, escritor y periodista francés, firmó su novela Hotel Mahrajan, una historia de la decadencia de la Alejandría cosmopolita, que es también la reivindicación de la condición de levantino del árabe cristiano o musulmán, del judío, de talante liberal y francófono, que fue la sal de un mundo desaparecido entre Oriente y Occidente.
Una de las obras más hermosas presentadas –el libro es en si mismo un bello objeto– ha sido escrita por la joven libanesa Lamia Ziade. Con el evocador titulo Oh nuit oh yeux, narra e ilustra con deliciosos textos y dibujos y delicadas siluetas, el mundo perdido de las grandes cantantes como Um Kalsum, danzarinas como Tahia Cairoca, artistas egipcias de los cabarets de aquel tiempo de libertad en la vida y en el arte de El Cairo que murió con Nasser. Es un magnífico álbum de leyendas de una gran nostalgia en medio del oscurantismo, la barbarie y la miseria de este Oriente de sumisión.
Georges Corm, fue otra de las personalidades destacadas de estas jornadas felices de Beirut. Su ensayo Pensée politique dans le monde arabe defiende las corrientes laicas sepultadas en las sociedades orientales, denuncia los integrismos de Arabia Saudí e Israel, se rebela ante el fenómeno que quiere diluir a los árabes en el islamismo. Predica en este desierto, entre los continuos fracasos políticos y militares de Occidente.
Henry Laurens, prestigioso historiador y académico francés, presentó el quinto volumen de su obra de referencia sobre la Question de Palestine expresando su profundo pesimismo acerca del futuro de Oriente Medio. No podían faltar los numerosos libros sobre el Estado islámico o Daech, que acecha también, y hasta ahora está siendo contenido, en la frontera siria con Líbano. En una de las mesas redondas se abordó la perversa habilidad comunicativa de Cyber Calkifato en sus mensajes pornográficos de la guerra, calcados sobre imágenes estadounidenses de Mad Max ode Indiana Jones. En Beirut se vive al borde del abismo. Su energía vital es inagotable.
En Beirut se sigue festejando la libertad de la literatura y del arte