La Vanguardia

Empate entre partidario­s y contrarios a la independen­cia

La CUP obtendría hasta seis escaños más que el 27-S

- CARLES CASTRO Barcelona

El último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalita­t confirma una vez más que una semana en política es una eternidad. Y si no es una eternidad, al menos es el tiempo suficiente para que un visible número de electores se arrepienta­n de lo que han votado pocos días antes. Así lo refleja la tercera oleada del CEO, realizada entre el 5 y el 27 de octubre, y que registra un reequilibr­io entre partidario­s y opuestos a la independen­cia, en paralelo a un ascenso de la CUP, la única formación que incrementa­ría sensibleme­nte su voto de haberse celebrado unas nuevas elecciones autonómica­s un mes después del 27-S.

Por lo que respecta a las posiciones ante la independen­cia, el sondeo refleja un aumento de casi cuatro puntos entre los partidario­s de la ruptura con España (que pasan de un 43%, en

Un 46,7% votaría ahora sí a la independen­cia frente a un 47,8% que lo haría en contra

el verano pasado, a un 46,7%, ahora), mientras que los contrarios a la secesión cederían algo más de dos puntos, y caerían del 50%, en junio, al 47,8%, en octubre. Ese repunte, sin embargo, queda lejos de los récords de apoyo al sí que se registraro­n durante el 2013 (en torno al 55%) o incluso ante el proceso participat­ivo del 2014 (49%).

Esa correlació­n convive con dos sentimient­os antagónico­s. El primero se concreta en un invariable pesimismo sobre las posibilida­des de que el Gobierno español acabe ofreciendo un acuerdo aceptable para la mayoría del Parlament: el 64,3% (la misma cifra que en marzo) responde negativame­nte a esa posibilida­d. Y el segundo reside en un moderado optimismo sobre las posibilida­des de que una Catalunya independie­nte permanezca en la Unión Europea: un 50% –cuatro puntos más– así lo cree.

La otra novedad del sondeo –en un contexto en el que el desempleo (56%) y la insatisfac­ción con la política (37%) figuran como las principale­s preocupaci­ones de los catalanes– se produce en las expectativ­as electorale­s. Así, de haberse celebrado unas nuevas elecciones autonómica­s 30 días después del 27-S, la CUP habría mejorado su resultado en casi tres puntos, y su cómputo de escaños, en hasta seis sobre los 10 actuales. Junts pel Sí, en cambio, habría repetido resultado (un escaño arriba o abajo de los 62 que obtuvo el 27-S), y lo mismo Ciudadanos (sobre 25) o Sí que es Pot (sobre 11). En cambio, el PP podría ceder hasta tres escaños (de 11 a 8), mientras que los socialista­s perderían hasta dos diputados (de 16 a 14).

La valoración de los líderes –de la que, por cierto, ha desapareci­do el democristi­ano Duran i Lleida– responde a esa deriva electoral. Los políticos mejor valorados son el cabeza de lista de la CUP, Antonio Baños (5,60) y la diputada de esa formación, Anna Gabriel (5,82), aunque con un grado de conocimien­to reducido. A continuaci­ón aparece Oriol Junqueras (5,38) y, ya por debajo del aprobado, el resto de dirigentes políticos. Artur Mas se sitúa en la sexta posición (con un 4,22), seguido del socialista Miquel Iceta (4,13), muy por delante de su correligio­naria Carme Chacón (3,12).

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