La Vanguardia

La gran victoria de Natasha

Kovacevic vuelve al baloncesto de élite con una prótesis por debajo de la rodilla

- VLADIMIR STANKOVIC

Minuto 6 del partido entre el Estrella Roja y el Sudent Nis de la liga serbia de baloncesto femenino. Un duelo que, en circunstan­cias normales, no llamaría la atención, pero este no era un partido normal. Gradas llenas, decenas de fotógrafos y cámaras, equipos de televisión de Hungría, de Italia y todas las serbias. Todos los objetivos se concentrab­an el miércoles pasado sobre la jugadora con el número 7 del Estrella Roja de Belgrado.

Se llama Natasha Kovacevic, hace poco más de dos años fue uno de los mayores talentos del baloncesto serbio. En la temporada 2012-13 anotó en 14 partidos 227 puntos, lo que le que fue suficiente para que el equipo húngaro la fichara pese a su juventud. Pero la suerte se le volvió en contra. En un desplazami­ento dentro de Hungría, el autocar del equipo sufrió el 7 de septiembre de 2013 un grave accidente. Hubo víctimas mortales y heridos graves. Natasha Kovacevic sobrevivió, pero tuvieron que cortarle la pierna izquierda por debajo de la rodilla.

Su prometedor­a carrera parecía brutalment­e interrumpi­da para siempre, pero dos años y dos meses más tarde, Natasha Kovacevic ha vuelto a jugar. Y no en un partido de paraolímpi­cos. Jugó el campeonato serbio de la primera división femenina. Entró en la cancha en el minuto 6, consiguió las primeras canastas en el minuto 16, de dos tiros libres, y terminó la primera parte anotando 5 puntos. Jugó con leggins negros, que cubrían su prótesis. Sólo fijándose atentament­e se podía notar una mínima dificultad en los movimiento­s.

Al final, el Estrella Roja ganaba 78-47, con los cinco puntos logrados por Natasha. Fue su noche, su victoria, su gran triunfo.

“Estoy muy orgullosa por volver y me haría muy feliz que personas con dificultad­es físicas siguieran mi ejemplo. Cuando algo se desea mucho, se puede conseguir”, declaró la jugadora.

Su regreso al baloncesto activo ha sido el premio a su increíble optimismo, energía y sacrificio mostrado en los dos últimos años. Tras salir de hospital intentó llevar una vida normal. Asistía a partidos de baloncesto, creó una fundación que lleva su nombre, concedió entrevista­s y en ningún momento perdió la sonrisa. Ni la esperanza, la alegría... En cada aparición mostraba un carácter extraordin­ario, el de una luchadora que no se rinde jamás.

El mundo del baloncesto le ha ayudado mucho. La FIBA y la Federación francesa le pagaron la prótesis más moderna del mundo y con ella Natasha camina sin problema. Cuando lleva pantalones, nadie diría que su pierna izquierda es un implante.

El día de su gran regreso, Natasha fue recibida con ramos de flores, abrazos de sus compañeras y aplausos de público. Su madre Natalia Bacanovic, en su día también jugadora del Estrella Roja, y su padre, Vukasin Kovacevic, no pudieron contener las lágrimas. Natasha, en cambio, no lloró. En estos 26 meses de preparació­n aprendió a luchar y consiguió lo que parecía imposible. “Me sentí como una jugadora normal, lo que soy. Las rivales no me han dado ningún trato diferente y así debe ser. Yo puedo correr y saltar, aún tengo que mejorar la condición física. Jugaré mucho mejor”.

“Yo puedo correr y saltar, aún tengo que mejorar la condición física; jugaré mucho mejor”

 ?? ANDREJ ISAKOVIC / AFP ?? La jugadora del Estrella Roja Natasha Kovacevic debutó de nuevo el miércoles, jugando con una prótesis que sustituye a su pierna izquierda
ANDREJ ISAKOVIC / AFP La jugadora del Estrella Roja Natasha Kovacevic debutó de nuevo el miércoles, jugando con una prótesis que sustituye a su pierna izquierda

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