El “presupuesto del cambio” tendrá dos fases
El primer proyecto de cuentas del gobierno Colau se presenta finalmente con una previsión de incremento del 6,2%
Gerardo Pisarello resume como “más social, más redistributivo y más riguroso” el proyecto de presupuestso del Ayuntamiento de Barcelona para el próximo año. El que ha de ser el primer presupuesto del gobierno de Ada Colau asciende a 2.708,6 millones de euros y quiere priorizar el gasto social, además de apostar por inversiones en el “urbanismo de proximidad, huyendo de obras faraónicas”, en palabras del primer teniente de alcalde.
La propuesta presentada ayer por Pisarello y Jordi Ayala, gerente de Economía, supone un incremento del 6,2% respecto al presupuesto inicial del 2015, elaborado en su día por CiU. En realidad, sin embargo, la cifra global del presupuesto en el 2016 será muy similar a la que resulte de la liquidación del 2015, que se prevé cercana a esos 2.700 millones de euros. La novedad, ya avanzada hace unos días por La Vanguardia, es que el presupuesto real se aprobará en dos fases, con el objeto de sortear las limitaciones al gasto derivadas de la ley de estabilidad presupuestaria (“el corsé de la ley Montoro”, en palabras de Pisarello). De entrada, y siempre que se cuente con apoyo suficiente del plenario, para lo que ya se están dando pasos, se quiere aprobar un presupuesto de 2.608 millones de euros. Más adelante, con la liquidación del 2015 ya aprobada, se quiere hacer una ampliación presupuestaria (a cuenta de superávit, como la que se ha hecho recientemente por más de 100 millones) dedicada a inversiones, hasta alcanzar los 2.708 millones.
Con esa ampliación, las inversiones supondrán 378,2 millones de euros (5,9% más sobre lo presupuestado en el 2015). En cuanto al gasto corriente en bienes y servicios, se sitúa en 2.123 millones, (5,5% de incremento). La partida de servicios sociales y promoción social (287,9 millones) aumenta un 12,9 %; la de promoción económica y empleo, un 9,7%, y la destinada al transporte público, un 8,7 %. Esta última aún podría subir más si BComú acepta la propuesta de ERC de ampliar la cobertura de la tarjeta T-12 hasta los 16 años. También suben las partidas de educación, cultura, vivienda y urbanismo.
En el capítulo de inversiones, se quiere dar prioridad al gasto repartido por distritos, que gestionarán directamente recursos por valor de 58 millones de euros (incremento del 16%). Pisarello, que se refirió a su propuesta como “presupuesto, para el rescate de personas y familias que más han sufrido la crisis”, evocó las “obras preolímpicas” para reivindicar el “urbanismo de proximidad”. Con todo, aseguró que se seguirá adelante con obras ya en marcha aunque alguna de ellas no son muy del agrado de BComú (como el túnel bajo la plaza de las Glòries, que “no lo vamos a dejar a medias”).
Para aprobar el presupuesto, el gobierno Colau buscará principalmente el apoyo de PSC, ERC y CUP, con los que ya cuenta para sacar adelante las ordenanzas fiscales, que como ingresos condicionan el presupuesto. De momento, estos tres grupos permitirán la aprobación inicial el próximo lunes de las ordenanzas.
Los impuestos y tasas locales saldrán adelante con el voto de calidad de la alcaldesa porque cuentan con el apoyo inicial de PSC y CUP que, junto a BComú, sumarán 18 votos, los mismos que se pronunciarán en contra (CiU, C,s y PP). La abstención de ERC, confirmada ayer por Alfred Bosch permitirá esa aprobación inicial que tiene muchas posibilidades de confirmarse como definitiva. ERC pide que se aumente la previsión de bonificaciones y deducciones en el IBI para las familias de rentas más bajas, igual que el PSC ya consiguió que se aumentase este impuesto para los valores catastrales más altos.
ERC permitirá que las ordenanzas fiscales se sigan tramitando con el voto de calidad de la alcaldesa