Samuel Salcedo expone en 3 Punts figuras rotas y cabezas perdidas
Perejaume concentra sucesivos instantes filmados en una sola fotografía
La exposición de Samuel Salcedo que presenta la galería 3 Punts con el título Dust significa una nueva confirmación de que este artista barcelonés nacido en 1975 es uno de los más destacados de su generación, también a nivel internacional. Salcedo ha sabido renovar la escultura figurativa combinando temas y conceptos actuales y una actitud libre y desinhibida con la capacidad de trabajo y el dominio de las técnicas propios de los escultores clásicos. En esta muestra es fiel a su mundo poblado por personajes que representan la condición humana en este desconcertado inicio del siglo XXI. Con sentido crítico, ironía y frescura.
En cada nueva muestra Salcedo incluye alguna novedad técnica y temática. Esta vez presenta una estatua de dos metros de altura esculpida en madera, y otra figura también en madera en forma de cabeza humana y a la vez de resto de un naufragio. Es admirable el grupo escultórico compuesto por tres cabezas sin cuerpo llamadas Rolling Stone. Del mismo modo que en el grupo de Jagger y Richards, esta expresión tiene varios sentidos, desde el literal al de balas perdidas, en este caso, cabezas perdidas. Alguna parece ingenua y soñadora, pero otra ya ha sido aplastada. 3 Punts Galeria. Enric Granados, 21. Hasta el 28 de noviembre.
Perejaume. Antes de comentar la exposición que presenta Perejaume en el nuevo espacio de la galería Joan Prats –el que antes ocupaba Joan Prats-Artgràfic-, procede informar de que, en contra de lo que se ha proclamado públicamente, la galería Joan Prats de Rambla Catalunya, diseñada por uno de los mejores arquitectos catalanes –Josep Lluís Sert, autor de la Fundació Joan Miró–, ha sido destruida por los responsable de una tienda de moda, que sólo han conservado el patrimonio protegido por la ley, el antiguo. En este caso la ley presuntamente protectora está equivocada, es premoderna y anticuada.
La exposición de Perejaume es fiel a su título y subtítulo: Condensacions. Dos ejercicios muy simples de museografía, cinematografía y cabida. Presenta una doble pregunta y dos obras que significan la condensación o concentración en el espacio y en el tiempo, respectivamente. Las preguntas son: “¿No os parece que las obras empiezan a ser tan valiosas como el lugar que ocupan? ¿No oís que, de tantas como hay, las obras dicen y redicen, tanto al que las visita como al que las hace: ‘No cabemos, hacednos sitio’?” Son preguntas pertinentes en nuestra época de exceso de comunicación y de ruido informativo. Otra cuestión es el modo en que las plantea en sus dos piezas plásticas, no textuales. La primera concentra un tiempo largo cinematográfico en una sola imagen fotográfica compuesta mediante superposiciones de fotogramas. La filmación de un baile realizada en 1902 se convierte en una fotografía actual donde el movimiento queda fijado en formas fantasmagóricas. Es una pieza sencilla y acertada.
La segunda se propone lo contrario: concentrar en el tiempo muchas imágenes, concretamente convertir todas las pinturas del legado Cambó del MNAC en unos segundos de película, proyectada desde un aparatoso proyector cinematográfico. Aquí la ocurrencia no es original y la experiencia para el público es irrelevante, cosa que no sucedía, por ejemplo, en obras anteriores de otros artistas donde esta idea tenía un desarrollo logrado, como Triage, de Michael Snow, una enciclopedia vertiginosa donde los fotogramas aún eran distinguibles.
En Condensacions Perejaume reincide en su reflexión sobre la posible relevancia o irrelevancia de las obras de arte, o más bien del hecho de producirlas. Sin embargo, la aparente humildad y actitud autocrítica que parece fundamentar su propuesta chirría un poco, pues se contradice con el hecho de que para comunicarla emplee medios ostentosos, como sucedía en su gran exposición de La Pedrera. Galería Joan Prats. Balmes, 54. Hasta primeros de diciembre.