Arte bibliófilo
Los exlibris, etiquetas o sellos grabados que se estampan en el reverso de la tapa de los libros en el que consta el nombre del dueño o la biblioteca a la que pertenece, vivieron un auge espectacular en Catalunya durante el modernismo yel noucentisme. La Fundació Rafael Masó de Girona reúne en una exposición unos 300 exlibris de los mejores artistas de esta época procedentes de colecciones públicas y privadas y del fondo de la casa Masó, donde nació el polifacético artista Rafael Masó. De él, se exhiben los dibujos originales que diseñó para los escritores Josep Carner y Joan Alsina Melis.
El comisario de la exposición, Jordi Falgàs, destaca también la amplia serie de exlibris del escultor gerundense Fidel Aguilar y dos originales recientemente adquiridos por la fundación del también escultor y ceramista de La Bisbal d’Empordà Joan B. Coromina, uno de ellos inacabado y otro destinado a una partitura musical. La principal técnica empleada para la creación de estas pequeñas obras de arte era el grabado en sus distintas vertientes como el fotograbado o la xilografía. Falgàs explica que casi todos los grandes grabadores de Catalunya de aquel momento, como el modernista Alexandre de Riquer o el noucentista Enric-Cristòfor Ricart crearon exlibris. Durante las cinco décadas de auge del exlibrismo en Catalunya, la temática fue evolucionando, desde el predominio de elementos heráldicos del siglo XIX a oficios, aficiones, temas mitológicos, históricos…
Más allá de ser la marca de propiedad de un libro, los exlibris desde hace décadas son objetos de coleccionismo al considerarse auténticas obras de arte. Un taller infantil y otro para adultos dedicados a la creación de exlibris o una conferencia del exlibrista Miquel Bohigas completan las actividades relacionadas con la exposición.