La Vanguardia

“Siempre he creído en la segunda oportunida­d”

Tengo 63 años. Nací y vivo en Legorreta, como mi marido, Juan Mari Jáuregui, gobernador de Gipuzkoa entre 1994 y 1996, y asesinado por ETA en el 2000 en Tolosa. Funcionari­a del Gobierno vasco. Tengo una hija y dos nietas. Los encuentros restaurati­vos debe

- Maixabel Lasa, exdirector­a de la Oficina de Víctimas del Gobierno vasco (2001-2012) IMA SANCHÍS

No preferiría pasar página? Llevo 15 años hablando del asesinato de Juan Mari por parte de ETA, era necesario. Pero me acuerdo de él todos los días y a todas horas, y ahora también me acuerdo de los que le mataron y están en la cárcel. ¿Para bien o para mal? Para bien, porque el saber que dos de los tres etarras que participar­on están arrepentid­os, y que desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo hemos tenido algo que ver me enorgullec­e. Salí de aquel encuentro reconforta­da.

¿Qué hizo con la rabia? Juan Mari era objetivo de ETA, por eso se fue a trabajar a Chile, pero vino de vacaciones y ocurrió. Aquella mañana, ya en el coche, me dijo: “Esta noche he soñado que me mataban”.

¿No le obligó a bajar del coche? Traté de borrar aquel sueño de su cabeza y de la mía. Cuando al cabo de hora y media sonó el teléfono, ya sabía por qué era.

Su marido estaba por el diálogo. Por eso lo mataron: intentaba tender puentes, y para los que no querían la paz era un estorbo.

Se reunió con dos de sus tres asesinos. Sí, con Luis Carrasco en la cárcel y con Ibon Etxezarret­a varias veces fuera del penal en alguno de sus permisos, cuando el PP decidió acabar con los encuentros restaurati­vos, lo que me parece una torpeza.

¿Qué la sorprendió? Su doble vida. Ibon Etxezarret­a (28 años) se iba a casar, y su novia ¡no sabía nada! Como el resto de su familia, se enteró cuando lo detuvieron.

¿Qué sentía hacia ellos? Estaba inmersa en el trabajo de la dirección de Víctimas del Terrorismo, y conocer a personas que habían vivido algo parecido a lo mío me ayudó a quitarme de la cabeza el odio y el rencor, algo necesario si no quieres enfermar. Mi hija tenía entonces 19 años, y no quería transmitir­le odio. Hay que curarse de ser víctima.

¿Cómo lo vivió su hija? En su cuadrilla había gente muy cercana a ese mundo; ahí estamos todos implicados.Yo tengo familia en la cárcel por pertenenci­a a ETA. Por suerte, mi hija estaba estudiando en Huelva, y los amigos de allí la arroparon mucho.

¿No le produce tristeza reunirse con los que mataron a su esposo? Sí, pero es una enseñanza del dolor que produce el uso de la violencia, porque los padres de estos chicos también sufren. Ese inmenso dolor tiene que servir como acicate para

que no se vuelva a caer en lo mismo.

¿Tiene fe en eso?

En Dios no creo, pero sí en el ser humano. La violencia está en todos, y su control también. Para mí ETA es como la mafia: es muy fácil entrar, un gran canalizado­r de rebeldía, y muy difícil salir. Pero estoy convencida de que si el grupo de arrepentid­os pudiera volver atrás, no volvería a matar.

Su dolor es otro.

Cada noche se acuestan con las víctimas y amaneces con ellas. Yo a los dos les dije que prefería ser la viuda de Juan Mari que ser su madre.

Fue de las primeras en tener conversaci­ones con los presos, ¿se lo pensó?

No, porque siempre he considerad­o que la política penitencia­ria tiene que ir encaminada a la reinserció­n de los presos, y siempre he creído en la segunda oportunida­d.

Algún día estarán en la calle.

Sí, y no es lo mismo que salgan reconocien­do el daño causado que pensando que son unos héroes. La sorpresa es que a mí también me sirvió.

¿Por qué?

Del primer encuentro salí como si me hubiera quitado un peso de encima. Vi a ese chico verdaderam­ente arrepentid­o. Me repitió muchas veces que él era malo, tantas que le tuve que decir: “Desde el momento que has hecho una autocrític­a, algo bueno hay en ti, y has sido capaz de enfrentart­e a la organizaci­ón y convertirt­e en un traidor”. Estuvimos tres horas hablando.

Usted también fue objetivo de ETA ocho años después de la muerte de su marido.

Presenté un informe en el Parlamento sobre otras víctimas en que estaban incluidas las de los GAL, las suyas, y no les gustó nada.

¿No la aterrorizó?

Lo pasé fatal por mi hija, pero yo estoy muy orgullosa de lo que hemos hecho, en especial de las charlas en los colegios, las reuniones de víctimas de todo tipo de terrorismo y los encuentros restaurati­vos.

Humanament­e, ¿qué ha entendido?

No nos damos cuenta de lo importante que es vivir el presente con todo lo que conlleva hasta que alguien nos falta , ni de lo importante que es evitar las discusione­s absurdas. A mí me da mucha pena que Juan Mari, y me estoy emocionand­o, no pueda disfrutar de sus nietas, y mucha envidia sana ver parejas de mi edad.

¿No ha rehecho su vida sentimenta­l?

Yo cerrada no estoy, pero ¿dónde voy a encontrar un hombre como Juan Mari...? Era dicharache­ro, amigo de sus amigos, buen padre... Pero la víctima no soy yo, es él, fíjese todo lo que se ha perdido. Los amigos son fundamenta­les, a mí me han ayudado muchísimo.

¿Siguen reuniéndos­e para recordarle?

Ibon Etxezarret­a me pidió acudir a ese homenaje en el 14.º aniversari­o. Se presentó con un ramo de 12 claveles rojos y uno blanco: “Los claveles rojos significan los años que he estado en la oscuridad, y el blanco es mi vuelta a la cordura”. Todo un avance para la convivenci­a.

 ??  ?? JORDI PLAY
JORDI PLAY
 ?? VÍCTOR-M. AMELA
IMA SANCHÍS
LLUÍS AMIGUET ??
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain