Europa, en estado de shock
El EI reivindica los atentados de París, que dejan 129 muertos y más de 350 heridos Hollande promete que la respuesta de Francia “será implacable”
Despliegue militar. El presidente Hollande ordenó al ejército reforzar su presencia en las calles de París.
Un grupo de al menos siete yihadistas coordinados en tres equipos fue el autor de la peor serie de atentados terroristas indiscriminados de la historia de Francia, perpetrada la noche del viernes: 129 muertos, 352 heridos, entre ellos 99 muy graves, según el balance “provisional y evolutivo” ofrecido ayer tarde por el fiscal general de París, François Molins.
Mientras el presidente François Hollande anunciaba solemnemente que “Francia será implacable” en su respuesta a este acto de barbarie, el Estado Islámico lo presentaba en su reivindicación como una respuesta contra la intervención militar francesa en Siria e Iraq, advirtiendo que “este ataque no es más que el principio de la tempestad”.
Los atentados, que sembraron la confusión en toda la ciudad y acarrearon la declaración del estado de emergencia en todo el país, por segunda vez desde la guerra de Argelia, tuvieron ocho escenarios y se extendieron a lo largo de tres horas. Comenzaron a las nueve y veinte de la noche con el suicidio con explosivos de un yihadista junto a una de las puertas del Stade de France, donde se desarrollaba el encuentro amistoso de fútbol entre las selecciones de Francia y Alemania, y concluyó a las 0.30 con el asalto de unidades especiales antiterroristas a la popular sala de conciertos Bataclan. En ese lugar, las 1.500 personas que asistían al concierto del grupo rockero Eagles of Death Metal fueron masivamente tiroteadas y tomadas como rehenes por tres hombres armados con fusiles automáticos y que invocaban los conflictos de Siria e Iraq a partir de las 21.40. Este atentado fue el más mortífero de la serie, dejó 89 muertos y concluyó con el suicidio de dos asaltantes que se hicieron estallar y la muerte del tercero tiroteado por la policía en el asalto. Entre estos dos atentados, el uno al norte de París y el otro, el de la sala de conciertos Bataclan, situada en el bulevar Voltaire, en el este de la ciudad, hubo otros cinco atentados en apenas veinte minutos; el tiroteo de las animadas terrazas de los restaurantes Le Carillon y Le Petit Cambodge, situadas frente a frente en dos esquinas en el distrito X y muy concurridas (15 muertos y 10 heridos graves), otra bomba kamikaze en el Stade de France, el ametrallamiento del bar Bonne Bière (5 muertos), el fusilamiento de las cercanas terrazas de la Rue Charonne (19 muertos y 9 heridos graves), y el suicidio de otro kamikaze en un restaurante del bulevar Voltaire (1 herido grave). El último atentado fue el estallido de un tercer kamikaze de nuevo junto al Stade de France. Si los tres suicidas del estadio hubieran esperado al fin del parti-
HERIDOS GRAVES Son casi un centenar y elevarán considerablemente la cifra final de muertos
HOLLANDE “Francia será implacable”, dice el presidente; “es sólo el principio”, afirma el EI
do, la mortandad podría haber sido mucho más elevada.
Entre las víctimas hay, al menos, un español. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, confirmó que se trata del madrileño Juan Alberto González Garrido, de 29 años y residente en París, que se encontraba en la sala de conciertos Bataclan, junto a su mujer, Ángela Reina, de 33 años, que resultó ilesa. Ingenieros de profesión, ambos se habían casado este verano y no tenían hijos.
“Ha sido el París popular, ese París muy abierto el que ha sido golpeado”, resumía a media tarde la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo.
COORDINACIÓN
VÍCTIMA ESPAÑOLA
El comunicado del Estado Islámico (EI) en que reivindicaba los atentados habla de las víctimas de la sala Bataclan como de “idólatras” en una “fiesta de la perversidad”.
Todos los cinturones de explosivos eran idénticos, ha explicado el fiscal, por lo menos uno de los coches fue alquilado en Bélgica, y se han encontrado dos pasaportes extranjeros, uno sirio y otro egipcio, entre los restos de los terroristas. Al mismo tiempo, el único de los terroristas identificado hasta el momento es un francés de 30 años con un gran historial de delitos comunes. Hollande habla de “actos planeados en el extranjero con complicidades en nuestro país”.
“Matáis a nuestros hermanos en Siria e Iraq y aquí estamos”, se oyó decir en un francés sin acento a uno de los asaltantes de la sala Bataclan. Tanto el manejo de armas como el de los cinturones explosivos sugieren que entre los atacantes había gente con experiencia militar en zonas de combate. Sus afortunadas víctimas ilesas no olvidarán fácilmente la experiencia.
“Vimos cómo los músicos tiraban sus instrumentos y se refugiaban”, explicaba el joven Julian Pearce, que logró escapar de aquella gente “fría e implacable” que disparaba en la sala de conciertos. Jacques y Evelyne, padres de dos niños pequeños, que asistían al mismo concierto en la sala Bataclan, escaparon también, ella rozada por tres balas. Doce horas después siguen aterrorizados, no quieren hablar, no han pegado ojo y se disponen a marchar a su casa de campo en el sur de Francia para intentar olvidar, explican.
“Fue muy tenso”, explica Antonio Altamura, cocinero del restaurante Chateubriand de la avenida Parmentier. Los clientes se enteraron de los atentados, uno de ellos a 200 metros del lugar y estuvieron hasta las 2 de la mañana en el local antes de atreverse a salir a la calle. “La persiana exterior del local se baja desde fuera y no la pudimos
ESTADIO Si hubieran esperado al fin del partido, la matanza de los suicidas habría sido mayor
Los ocho atentados se perpetraron en poco más de media hora y en distintos escenarios
El madrileño Juan Alberto González Garrido, de 29 años, murió en el Bataclan