La Vanguardia

Basada en hechos reales

Norberto Fuentes, que publica ‘La autobiogra­fía de Fidel Castro’

- XAVI AYÉN

Entrevista a Norberto Fuentes (La Habana, 1943), uno de los hombres que más saben sobre el régimen castrista, quien, exiliado en Miami, ahora reedita La autobiogra­fía de Fidel Castro, obra en la que es el mandatario cubano, convertido en personaje de ficción, explica su longeva vida.

Dicen de Norberto Fuentes (La Habana, 1943) que es uno de los hombres que más saben sobre la Cuba de los Castro. Exiliado en Miami, ahora reedita –con retoques que básicament­e son cortes, hasta dejar el libro en 665 páginas– La autobiogra­fía de Fidel Castro (Stella Maris), publicada originalme­nte en el 2004, y en la que es el mandatario cubano, convertido en ente de ficción, quien explica su vida, “pero los hechos son reales”. Atiende esta entrevista por Skype.

¿Cuándo fue la última vez que vio a Fidel? El 2 de marzo de 1990.

¿Y cómo fue ese encuentro? Tenebroso. Habían juzgado y fusilado a Ochoa y otros tres militares, oficialmen­te por tráfico de cocaína. Me puse muy farruco, estaba indignado. Ese día era el cumpleaños de Gorbachov, Jon Bon Jovi y un servidor. Para cortejarme, Fidel hizo un guatequito en la Casa de las Américas, y ahí nos vimos. Era el día en que los sandinista­s perdieron las elecciones. Él me vio en ese estado de cabreo y se vino para atrás. Se produjo un silencio enorme.

¿A usted le sacan del país Gabo y William Kennedy? De la cárcel grande, que es la isla, salí en un avión Lear Jet de la presidenci­a de México, en 26 de agosto de 1994, junto a Gabo, resultado de las gestiones del escritor William Styron, el propio Gabo, y los presidente­s Clinton, Salinas de Gortari y Fidel, este último a regañadien­tes.

¿Fidel le ha leído? Mi libro se lo sabe de memoria. Me respondió re tocando el libro le hizo Ignacio Ramon et, sin citarme, y luego publicó dos libros más, La victoria estratégic­a y La contraofen­siva estratégic­a, de lo mejorcito que ha hecho. Siempre me decía que quería retirarse para ponerse a escribir. Pero, en su silla de ruedas, se ha dado cuenta con tristeza deque escribir no sustituye ala acción. Todo escritor es un vagabundo, y él no, él es un gallito. Me tiene hackeado hasta los mismísimos cojones, esto que estamos hablando, tú no sabes lo que te espera...

Usted sí, claro, como ha trabajado en los servicios secretos... ¡Los servicios secretos! ¡Esa historia! No sabe cómo disfruto yo con esa leyenda, ja ja ja...

¿Usted qué hacía exactament­e? De periodista y escritor. Soy el único tipo en Cuba que no ha trabajado jamás para... bueno, es que allí todo es un órgano del Estado, y yo estaba en el diario Granma. Allí hasta los órganos sexuales son del Estado...

Ya que lo menciona, en el libro se ve cómo recienteme­nte los funcionari­os digitaliza­n antiguas grabacione­s en vídeo de encuentros sexuales de políticos... ¡Sí, eso sobre todo! Tú no tiembles jamás en Cuba, amigo, que te miran por el agujerito...

¿Y qué hay de las cintas sexuales de García Márquez? Me ha caído toda la prensa mundial encima por ese tema. Vayan a preguntar a quien lo dijo exhibiendo una total falta de ética (Arcadi Espada) o a los dueños de las cintas.

No me dice nada más... No le quiero embarcar en eso. Pero, desde los tiempos de Kennedy, que los cubanos tienen los culos enlatados de todos los diplomátic­os yanquis. Y no yanquis, es que son todos. Cuando apareció la técnica del vídeo fue una bendición, no había que revelar los negativos, y ahora con lo digital es aún más fácil.

¿Todo esa parte del libro es real? Todo. La revolución cubana es todo conspiraci­ón, un fenómeno en el que nada de lo que aparece en la superficie es verdad. Es la engañifa. En la superficie, el Che es un santo, y en realidad estaba loco por la muerte.

Impresiona la frialdad con que Fidel o Raúl matan, a veces en cantidades industrial­es. Eso es más Raúl que Fidel, está más en él. Algunas decenas, no más... En Europa sí lo hacían industrial­mente.

¿Y Fidelito, el hijo de Fidel? Lo educó Raúl, como a todos los hijos de Fidel que no son de Dalia, excepto Alina. En el 1993 o por ahí, a Fidelito, que estaba protegido en una campana de Faraday y no sabía nada de la vida, lo nombraron presidente de la comisión de energía atómica... pero descubrió la belleza de las nalgas de la mujer, en vez de fijarse en los neutrones. Se volvió loco y comenzó a gozar. Fidel lo sustituyó, y lo tuvo diez años apartado en una casa, con un bonito televisor y todas las comodidade­s. Al final, lo dejó ir saliendo.

¿Cuántos hijos tiene Fidel? Trece o quince, no le puedo dar el número exacto, todo lo hace por docenas.

Va citando a las parejas de Fidel. ¿Cuál fue la mujer de su vida? Mirta Díaz-Balart, que lo quería mucho. Se separaron. Ahora se acaba de morir otra amante, la madre de Alina, una belleza de mujer... Mirta era angelical, muy dulce e infeliz.

¿Cómo conoció a Fidel? Cuando estaba en la sierra, me pareció que él traía algo en la bola. Él me puso la vista encima, negativame­nte, en 1968 cuando gané el premio Casa de las Américas con el primer libro disidente que se publica en Cuba. Hubo un enorme debate en el jurado. Jorge Edwards y otros emborracha­ron a Claude Couffon en el bar del Habana Libre y así consiguier­on que firmara el acta.

¿Quién mató al Che Guevara? Sus broncas con Fidel y Raúl eran brutales. Fidel le volvió la espalda y lo enviaron ala muerte. Tengo informació­n exacta sobre eso.

¿Es usted de izquierdas? Yo soy un escritor, eso es lo esencial. Ser de izquierdas o de derechas me puede inhibir ala horade expresarme. Quizás un escritor siempre sea de izquierdas porque es un disconform­e. De derechas no soy, seguro.

¿Podrá pronto visitar Cuba? No me interesa.

¿Por qué? No conozco las islas Seychelles, esa

“Fidel quería retirarse para escribir, pero él es un gallito, no un vagabundo”

“Miran por el agujerito, tienen los culos enlatados de todos los diplomátic­os”

es la principal razón. ¿Para qué ir a Cuba, que me conozco de memoria, pudiendo ir antes a las Seychelles?

¿Están cambiando las cosas? Totalmente. Aprovechen y hagan su dinerito y sus negocios... pero el poder es de los Castro eternament­e.

¿Eternament­e? Ya lo verán. ¿Cuándo termina una revolución? Nunca. La revolución francesa, la china, la americana... son procesos que nunca se detienen, como el universo. Nosotros vivimos en la Revolución Francesa. Los grandes avances en legislació­n laboral son el resultado de la revolución de octubre. La única que no produjo na más que guapería es la revolución cubana.

 ?? . ?? Fuentes y Fidel volando a la altura de Miami, en 1986
. Fuentes y Fidel volando a la altura de Miami, en 1986

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