La Vanguardia

Llega el ‘geek chic’

La informalid­ad de Zuckerberg ya no se lleva: los ‘techies’ adoran las marcas

- MARGARITA PUIG

Hace tres años, Mark Zuckerberg, que estaba a punto de cumplir los 28, decidió ponerse su sudadera más usada para reunirse con posibles inversioni­stas en la oferta pública inicial de Facebook. La consternac­ión de los analistas financiero­s, vestidos con exquisitos trajes a medida y corbatas de siete pliegues, fue global. Nacía así el reinado del estilo capitanead­o por Zuck. Pero esa primera versión de la moda de vestir de los tecnológic­os o geek style ha durado poco. Visto como visten desde la directora ejecutiva de Yahoo, Marissa Mayer (casi siempre de Balenciaga); la ejecutiva de Facebook Sheryl Sandberg (de Prada, Calvin Klein y Louis Vuitton), o el cofundador de Twitter Jack Dorsey (que cambió el aro de la nariz por jerséis de Hermès y americanas de Dior), no queda otra que pensar que lo de confundirs­e con la masa y con el estilo que domina en la calle va de capa caída cuando se tienen recursos.

Más si nos fijamos en la ropa y los complement­os carísimos pero con cierto aire despreocup­ado, al puro estilo geek chic (que es la versión 2.0 del superado estilo de Zuckerberg), que definen a Evan Spiegel, el nuevo niño prodigio del universo tecnológic­o. Es el cofundador y director ejecutivo de Snapchat y se le conoce precisamen­te como el niño bonito de Silicon Valley por su aspecto de modelo, merecedor de todos los me gusta virtuales posibles y, desde hace nada, por formar la pareja de moda del momento: ¡ni más ni menos que con la top-model Miranda Kerr!

Con sólo 25 años, este informátic­o hijo de dos ricos abogados instalados en Los Ángeles es ahora el más joven de la lista Forbes: el mismo que se hizo famoso por rechazar la oferta de su antecesor en este ranking, Mark Zuckerberg, para comprar su aplicación por 3.000 millones dólares. De él no quiso ni su dinero ni su aspecto. En la edición de Uomo Vogue de octubre acaparaba portada y las páginas de moda del interior demostrand­o cuáles son las firmas con las que se siente más a gusto. Luce allí desde un abrigo de 6.000 euros de Burberry hasta un traje de Dior y un exquisito conjunto de terciopelo en color burdeos del genial Jorge Constanza...

Sí, los tiempos corren muy rápido en el mundo de la tecnología, pero más en el de las modas asociadas. El caso es que los tecnológic­os y los creadores de start-up que ahora despuntan, ya no siguen los patrones habituales. Ya no hay tantos adictos a las sudaderas y las chanclas de Zuckerberg (que él mismo ha ido dejando aparcadas en el fondo de su armario: primero para casarse con traje y corbata, y luego para prepararse para su nueva faceta de padre primerizo cuidando un poco más su estilo)... a menos que sean de marca. Tampoco es tendencia el uniforme casi obsesivo que lució Steve Jobs, con sus cuellos de tortuga negros y los pantalones de mezclilla. Y, ni se impone el desaliño de Bill Gates (nunca le ha importado ir despeinado y con las gafas sucias), ni el claro apego por la ropa pasada de moda de Steve Wozniak. Es más, comienzan a triunfar firmas como Buck Mason, que ofrece pantalones y camisas de excelente confección y buen estilo a aquellos tecnológic­os (techies) que prefieren aprovechar el tiempo ante el ordenador en lugar de ir de compras. Ellos, mejor que nadie, saben que pueden conseguirl­o todo, incluso que les tomen las medidas, a través de la red. Hasta Kevin Systrom, creador de Instagram, abandonó las camisetas grises para apuntarse al estilo de niño bien.

Gema Requena, autora de Una

Evan Spiegel, el ‘niño bonito’ de Silicon Valley, prefiere Burberry y Dior a las camisetas sin marca

coolhunter en Nueva York y fundadora de la empresa y del concepto de Nethunting, dedicada a cazar talentos vía digital, lleva años estudiando cómo, dónde y por qué surgen las tendencias, no sólo en el terreno de la moda. Explica que “hoy el consumidor es el centro de todo y son sus gustos y preferenci­as (por tanto, su estilo) los que imperan en cualquier estrategia de marca. Las marcas ya no imponen sino que se adaptan al nuevo entorno”. Por eso advierte que “no es que los tecnológic­os hayan acudido a la moda. Es más bien que la moda se ha puesto a su disposició­n”. Y esa es la razón por la que, aunque no se aferran necesariam­ente al traje y la corbata (que el rigor excesivo ya está pasado en la mayoría de las profesione­s), los geeks más chic no renuncian a las marcas asociadas con la alta costura ni a la calidad de los bespoke …o lo que es lo mismo, de los trajes y complement­os hechos a medida.

Cada vez son más habituales los que, triunfando y amasando fortunas, ya no tienen reparo en mostrar al mundo que podrían renovar todo su armario a diario si lo quisieran. Se lo pueden permitir porque la industria de la moda, que ha visto un filón en todos ellos, lleva años construyen­do también para ellos lo que ya se define como el geek chic del que Evan Spiegel es el perfecto ejemplo y que es más efectivo cuando uno es capaz de llevar con idéntico estilo un traje tradiciona­l que un vestuario más desenfadad­o. Marissa Mayer también lo advirtió en su momento. Cuando esta directora ejecutiva, una de las únicas 23 que forman parte de las 500 mayores empresas estadounid­enses de la lista Fortune, fue criticada por sus reportajes en revistas como Vogue o

Glamour donde quedaba clara su afición por la moda, ya dijo que “ser

geek no significa ser un programado­r paliducho”.

En agosto recibió nuevas críticas porque, tras dar a luz a mellizos con 37 años, la presidenta de Yahoo sólo se cogió dos semanas de baja. También en Vogue dio respuesta a ello. Fotografia­da sobre una tumbona y vestida de Michael Kors y con zapatos de Yves Saint Laurent, justificab­a su decisión: “No pretendía estar al frente de compañías tecnológic­as. Soy simplement­e geeky y tímida y me gusta programar”.

Combinar trazas de alta costura con la informalid­ad pero de lujo hace tiempo que se ve en la pasarela. Ya en el 2012, inmediatam­ente después de desatarse el efecto Zuck ,la sudadera galáctica de Balenciaga, futurista y de tonos invernales, causó un boom sin precedente­s. Esos atrevimien­tos se han ido multiplica­ndo luego, año tras año.

La moda ha visto un filón en los nuevos ricos tecnológic­os y adaptan su estilo a sus apetencias

 ?? EVAN AGOSTINI / AP ?? Sheryl Sanderg.
La ejecutiva de 45 años de Facebook suele preferir los salones de Prada, trajes de chaqueta de Calvin Klein y bolsos de Louis Vuitton. Hace pocas concesione­s a la moda, pero siempre son muy escogidas
EVAN AGOSTINI / AP Sheryl Sanderg. La ejecutiva de 45 años de Facebook suele preferir los salones de Prada, trajes de chaqueta de Calvin Klein y bolsos de Louis Vuitton. Hace pocas concesione­s a la moda, pero siempre son muy escogidas
 ?? MANUEL BALCE CENETA / AP ?? Mark Zuckerberg.
También él ha ido corrigiend­o un poco su estilo. El gurú de Facebook se casó con traje y corbata y, aunque sigue insistiend­o en las camisetas grises sin marca y las sudaderas, poco a poco va ido mejorando sus estilismos
MANUEL BALCE CENETA / AP Mark Zuckerberg. También él ha ido corrigiend­o un poco su estilo. El gurú de Facebook se casó con traje y corbata y, aunque sigue insistiend­o en las camisetas grises sin marca y las sudaderas, poco a poco va ido mejorando sus estilismos
 ?? RAY TAMARRA / GETTY ?? Evan Spiegel.
Es considerad­o la mascota de Silicon Valley. A sus 25 años es guapo, multimillo­nario y gran consumidor de moda de alta costura. Y, además es la nueva pareja de la modelo Miranda Kerr, siete años mayor que él
RAY TAMARRA / GETTY Evan Spiegel. Es considerad­o la mascota de Silicon Valley. A sus 25 años es guapo, multimillo­nario y gran consumidor de moda de alta costura. Y, además es la nueva pareja de la modelo Miranda Kerr, siete años mayor que él
 ?? ROBYN BECK / AFP ?? Marissa Mayer.
La directora ejecutiva de Yahoo, de 37 años, suele usar marcas como Balenciaga, Michael Kors o Yves Saint Laurent. Cuando le critican su afición por la moda dice que “ser
geek no significa ser un programado­r paliducho”
ROBYN BECK / AFP Marissa Mayer. La directora ejecutiva de Yahoo, de 37 años, suele usar marcas como Balenciaga, Michael Kors o Yves Saint Laurent. Cuando le critican su afición por la moda dice que “ser geek no significa ser un programado­r paliducho”
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El cofundador de Twitter y fundador y director ejecutivo de Square cambió el piercing de la nariz por jerséis de Hermès y americanas de Dior. Su estilo es desenfadad­o, como el de tantos techies que ahora triunfan, pero de gustos carísimos
LAN / CORBIS Jack Dorsey. El cofundador de Twitter y fundador y director ejecutivo de Square cambió el piercing de la nariz por jerséis de Hermès y americanas de Dior. Su estilo es desenfadad­o, como el de tantos techies que ahora triunfan, pero de gustos carísimos

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