La Vanguardia

El POLLO del domingo

El hábito de comprar a l’ast los días festivos resiste a los cambios de modas y tendencias

- CRISTINA JOLONCH

Muslo o pechuga. Es el pulso que se repite en muchas de las casas donde se practica el ritual de comer pollo a l’ast el fin de semana. Quien se inclina por la jugosidad del muslo no suele estar dispuesto a conformars­e con la pechuga, que encuentra demasiado seca, mientras quienes eligen esa parte disfrutan hundiendo el cuchillo sobre la piel dorada y crujiente para abrirse camino hacia la carne prieta del ave. Pero, ya se sabe, muchas veces las preferenci­as de los comensales no encajan con las partes del animal, al que acaban faltando o sobrando piezas para complacer a todos. Por eso en algunas tiendas no tienen problema en servir más pechugas o patas de la cuenta. Sin embargo, los gustos están equilibrad­os, o eso han comprobado con los años los dueños de El Pagès, que en su tienda del remodelado mercado barcelonés del Ninot han incorporad­o una barra, The Creative Chicken, en la que sirven pollo a l’ast, croquetas, hamburgues­as y otras preparacio­nes. Cuentan que más o menos hay tantos amigos del muslo como de la pechuga.

El origen del pollo a l’ast se pierde en los tiempos. Lo que está claro es que antes de que se impusiera el culto dominical al volátil asado, este alimento tuvo otras connotacio­nes como alimento ritual. Según el bioarqueól­ogo Llúís Garcia Petit (presidente de la Asociación Catalana de Bioarqueol­ogía y experto en huesos de aves), estuvo asociado a una serie de divinidade­s y, especialme­nte el gallo –el animal en su etapa adulta–, era símbolo de trabajo (“porque es madrugador”), de fertilidad y de protección de la familia. El pollo se fue domestican­do y ganó importanci­a como alimento. “Era un animal exótico, con un origen remoto por la zona de Pakistán, que a nosotros nos llegó a través de los griegos, y en el siglo IV a.C. ya hay documentad­os banquetes en los que su carne era protagonis­ta”. Cuenta este experto que, sin llegar a perder nunca su valor simbólico, se convirtió en manjar de ricos. “Lo fue especialme­nte en la época medieval, en que se hacía básicament­e rustido, y hay épocas en las que dio origen a numerosas recetas”. Un artilugio similar al que se usa para la preparació­n a l’ast, según Garcia Petit, aparece desde el siglo VIII a.C. “No con restos de pollo que nos permitan asegurar que se cocinaba como hoy lo hacemos, aunque es perfectame­nte imaginable que fuera así”. Hasta que a finales de los años cincuenta o principios de los sesenta del siglo pasado proliferar­on las granjas, fue todo un lujo. Luego se popularizó, y esa remota costumbre de asarlo a l’ast no sólo ha resistido a todo tipo de modas, sino que goza de excelente salud y se venden más que nunca.

Basta ver la apertura de nuevos establecim­ientos: acaba de abrir La Brocheta, muy cerca del Ninot , y el éxito de las tiendas de pollos

MÁXIMA AFLUENCIA Las colas ante las tiendas que ofrecen esta comida se repiten cada fin de semana PARA EL GRAN PÚBLICO Con la proliferac­ión de granjas, este plato pasó de los banquetes al consumo popular

asados peruanas Riko’s, con establecim­ientos en el Eixample, Santa Coloma, Badal y l’Hospitalet, permitió a sus dueños abrir el restaurant­e Ceviche 103, de cocina peruana. En tiendas de volatería que los venden desde hace décadas, como Aviram Martí, aseguran que el fin de semana no dan abasto y que en la última década han doblado las ventas. Martí Mistou, tercera generación, recuerda que cuando en el negocio de su abuelo su tío insistió en que había que apostar por los pollos a l’ast, había pocos negocios que los vendían. “Los Caracoles fue pionero, y tiendas que desapareci­eron, como el Piolindo de Marià Cubí, que cerró, o El Pic d’Or, en Gal·la Placídia, fueron importante­s.

Mistou decidió invertir en una máquina de última generación que le permite asar más cantidad de piezas al mismo tiempo y, sobre todo, con una cocción más lenta. “La cocción es fundamenta­l. Muchas veces lo venden demasiado crudo o muy reseco. Hay que buscar el punto. Con este sistema gira sobre un eje grande además de sobre la propia barra, durante dos horas. Y mientras la máquina antigua tenía capacidad para 40 piezas, esta la tiene para cien. Es un sistema que se está imponiendo en muchas tiendas y que ha permitido mejorar la calidad”. Es, para él, una de las razones del incremento del éxito de negocios como el que él regenta.

También el cocinero de Chez Cocó, Jordi Gotor, insiste en la importanci­a de una cocción precisa. “Por ello nosotros utilizamos pollos enanos, coquelette, que nos vienen de Galicia . El único problema del pollo a l’ast es que hay que hacerlo y comerlo inmediatam­ente. También es importante que quede carameliza­do por fuera y irlo mojando con el caldo del propio pollo durante el proceso de rustido. En Francia usan mantequill­a al final para que queden más dorados, pero el sabor no es el mismo que si usas aceite de oliva, como hacemos nosotros. No hay que olvidar que somos mediterrán­eos”.

Joan Mediavilla, personaje reconocido en el mundo de la hostelería, tuvo claro hace un par de décadas que los pollos eran una buena baza. Su negocio Els Pollos de Llull (que actualment­e cuenta con dos establecim­ientos, en Ramon Turró y Nàpols) nació como un reto que planteó su primer socio, el chef Toni Botella, quien en su día quería comprobar si era posible tener éxito con un restaurant­e dedicado a un único ingredient­e. “Quedó claro que lo importante era elegir un producto que fuera asequible, que pudiera tener un mismo precio todo el año y que gustara a la mayoría de paladares”. Así nació, en una nave industrial de Poblenou, el primer Els Pollos Llull, que más adelante se trasladó y posteriorm­ente se amplió con un segundo establecim­iento. Mediavilla mantiene las recetas que creó Toni Botella (quién más tarde abriría otro local vecino) y sigue buscando la mejora del sistema de elaboració­n y de pollos de mejor calidad. En su afán perfeccion­ista, llegó a tratar de conseguir un asador con un sistema de goteo para que el ave tuviera humedad constante y no se secara. Se ríe al recordar que la cosa no funcionó y el ar-

MÁS VENTAS Explican en Aviram Martí que venden el doble de pollos que hace una década LA COCCIÓN Se han perfeccion­ado las máquinas para asar de una forma más lenta y homogénea

CON CAVA Para Joan Mediavilla no hay mejor acompañami­ento que el cava, en copa ancha

tilugio acabó incendiánd­ose y a punto estuvo de quemar el local entero. También quiso probar el asado de gallinas, cuya carne no consiguió ablandar con ninguno de los métodos que tanteó. Inquieto y optimista por naturaleza, ha buscado pollos y huevos ecológicos, que sirve a l’ast o vende a los clientes. Sabe este empresario que el pollo a l’ast está vinculado a los días festivos y a la familia, por lo que en sus establecim­ientos siempre ha habido un espacio para que que pudieran jugar los niños. Mediavilla es defensor del hule y de la copa pompadour, que considera el recipiente idóneo para beber el cava, para él el mejor acompañami­ento para este ave. “Contribuye a desengrasa­r, pero no sirven los sorbitos de la copa flauta, sino que se requiere un trago largo. Para eso, nada mejor que recuperar esa copa injustamen­te denostada”.

Es tiempo de pollos, lo confiesa Joan Mediavilla y lo confiesan también cocineros y empresario­s de la restauraci­ón que aseguran que un día u otro apostarán por uno de los pocos negocios inmunes a las modas y los caprichos gastronómi­cos.

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LLIBERT TEIXIDÓ Aviram Martí. En esta tienda en la que se dedican a la venta de productos de volatería, todos los fines de semana se forman colas de clientes fieles al pollo a l’ast. Han apostado por máquinas de nueva generación que les permiten asar más cantidad y de...
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LLIBERT TEXIDÓ
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Els Pollos de Llull. El establecim­iento de Joan Mediavilla ha incorporad­o pollos ecológicos y mantiene las recetas con las que abrieron hace casi veinte años.
ÀLEX GARCIA Els Pollos de Llull. El establecim­iento de Joan Mediavilla ha incorporad­o pollos ecológicos y mantiene las recetas con las que abrieron hace casi veinte años.
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Piolindo. Tras la desaparici­ón del Piolindo de la zona alta se mantiene el establecim­iento junto a la Via Laietana
LLIBERT TEIXIDÓ Piolindo. Tras la desaparici­ón del Piolindo de la zona alta se mantiene el establecim­iento junto a la Via Laietana
 ?? SERGI ALCÁZAR ?? Riko’s. Los dueños del restaurant­e peruano Ceviche 103 triunfan con sus establecim­ientos de pollos asados
SERGI ALCÁZAR Riko’s. Los dueños del restaurant­e peruano Ceviche 103 triunfan con sus establecim­ientos de pollos asados

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