El otro proceso soberanista
La mayoría de los vecinos de Bellaterra quiere independizarse de Cerdanyola, pero el Ayuntamiento apuesta por mejorar los servicios
Aunque de dimensiones más reducidas, es el otro proceso de Catalunya. El pasado 15 de septiembre, un 94% de los vecinos de la Entidad Municipal Descentralizada (EMD) de Bellaterra que participaron en la consulta ciudadana votó a favor de independizarse de Cerdanyola del Vallès. Casi un 54% de los mayores de 16 años de esta urbanización, fundada en 1922, participó en una consulta, amparada por la ley de Consultas del Parlament. Bellaterra tiene su identidad propia, y sus acomodados vecinos –originarios de Barcelona, Sabadell y Sant Cugat en busca de calidad de vida– reconocen “no tener ningún vínculo emocional ni identitario con Cerdanyola. Son dos realidades diferentes. Sólo vamos allí al CAP porque aquí no hay. Estamos separados por las autopistas AP-7 y C-58 y la UAB. Pagamos mucho y recibimos bien poco de Cerdanyola. No compensa”, razona Jordi Macarulla, vecino de Bellaterra desde hace medio siglo. Júlia y Mei, otras dos vecinas veteranas, lamentan “que el tendido eléctrico no se soterre, no hay seguridad, las calles están sucias y no hay ninguna instalación deportiva pública”.
La consulta fue posible gracias a los votos del partido del equipo de gobierno –Compromís per Cerdanyola–, ERC, PP, ICV-EuiA y CiU del pleno de julio. C’s y PSC se opusieron. A pesar de unos resultados de mayoría independentista, Bellaterra topa con el gobierno de Cerdanyola, contrario a la segregación, y que apuesta por crear una mesa de negociación para renovar el convenio y mejorar los servicios con la EMD. En el pleno de octubre, ERC llevó una propuesta “para frenar el proceso iniciado por la EMD” y en el que quería “la redacción de un nuevo convenio sometido a proceso participativo”. Una iniciativa que se acabó retirando para presentar una conjunta con las fuerzas que integran el municipio, excepto el PP. Y serán los populares quienes lleven al Parlament de Catalunya la propuesta de escisión de Bellaterra para que se debata. “Es la contradicción total. Estamos muy decepcionados por cómo reaccionan los partidos independentistas de Cerdanyola”, lamenta el presidente de la EMD, Ramon Andreu (del independiente Gent per Bellaterra). “Hemos cumplido la ley a rajatabla, y la semana que viene invitamos a todas las fuerzas del Parlament a que conozcan nuestra realidad”.
El alcalde de Cerdanyola del Vallès, Carles Escolà, apunta: “No es comparable el proceso catalán con lo que ocurre con Bellaterra porque desde que entramos en el gobierno nuestro compromiso es sentarnos a dialogar y buscar el mejor encaje”. “Con un nuevo convenio, un municipio como Cerdanyola garantiza mejor equilibrio territorial y social”. Escolà reconoce que Bellaterra “tiene carencias históricas en el espacio público y somos conscientes que ha habido un desencuentro con el anterior gobierno. Queremos superar esta etapa y trabajar juntos”, anuncia. Respeta “las cuestiones de identidad y entendemos que son un pueblo”. El alcalde quiere estudiar modelos de gestión como el de Sant Cugat del Vallès y la EMD de Valldoreix, con mucha autonomía.
El portavoz del PP Cerdanyola, Manuel Buenaño, defiende la legalidad de todo el procedimiento y “guste o no” se debe respetar. Pese a que admite que le hubiera gustado que fuera otro partido el que llevara la propuesta al Parlament. Aun así, cumple con su compromiso y subraya que este caso no se parece en nada al proceso catalán. En Bellaterra no hay ni un solo polígono industrial. ¿Cómo se mantendría? “Sería uno de los municipios más viables”, asegura firme Andreu.
Los acomodados vecinos de la urbanización reivindican su identidad propia