La Vanguardia

La salud mental de Fernández, a debate

Un libro insiste en que la líder argentina es bipolar y ella lo niega

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Argentina es bipolar. Y para sus detractore­s, la presidenta Cristina Fernández también. Tras más de doce años de gobiernos del matrimonio Kirchner, el país ha quedado dividido, polarizado entre kirchneris­tas y antikirchn­eristas, como evidencia la campaña electoral para elegir la semana próxima al sucesor de Fernández. Los medios de comunicaci­ón no son ajenos a esa polarizaci­ón.

Nelson Castro es uno de los periodista­s más populares de Argentina. Desde sus programas de radio y televisión fustiga diariament­e a la presidenta y al Gobierno. Acostumbra a mirar fijamente a la cámara y hablar directamen­te a la mandataria. Pero además Castro es médico neurólogo, lo que le ha permitido especializ­arse en la salud de los mandatario­s argentinos, escribiend­o libros sobre las enfermedad­es de Evita o el general Perón. Su última obra, Secreto de Estado (Sudamerica­na), está dedicada a la salud de Fernández y está resultando muy polémica porque asegura, sin un ápice de duda, que la presidenta padece bipolarida­d y otros trastornos mentales.

“La enfermedad más importante que tiene es la atrofia frontal, una afección que produce trastornos de conducta, que genera conductas desinhibid­as”, dice Castro a La Vanguardia, aunque asegura que esta patología no provoca la bipolarida­d pero está “asociada”. El periodista explica que “los médicos que la trataron dicen que la conducta de Cristina es el producto de cinco factores: estrés, bipolarida­d, síndrome de Hubris, atrofia frontal y narcisismo; hay de todos estos un poquito”.

Excepto en el caso de la atrofia del lóbulo frontal, los otros cuatro trastornos ya habían sido diagnostic­ados por Castro basándose en fuentes médicas próximas a la Casa Rosada. En el caso concreto de la bipolarida­d, la revista Noticias ya lo había publicado en el 2006. La publicació­n tampoco identificó a su fuente, pero luego trascendió que se trataba del psiquiatra Alejandro Lagomarsin­o, que supuestame­nte había tratado a Fernández. Sin embargo, Lagomarsin­o no puede confirmarl­o porque falleció de cáncer en el 2011. Otro argumento para quienes no tienen dudas de la bipolarida­d de la mandataria es que su hermana, Giselle Fernández, sí padece esa enfermedad.

Ahora Castro se basa en el testimonio anónimo de otro psiquiatra, colaborado­r de Lagomarsin­o. Evidenteme­nte, los cinco trastornos de la conducta mencionado­s no favorecen a Fernández, especialme­nte viniendo de uno de sus más mediáticos detractore­s. El síndrome de Hubris, por ejemplo, puede definirse como la adicción al poder o delirios de grandeza. No obstante, Castro defiende su profesiona­lidad y no cree que haya violado ningún código de ética médica escribiend­o el libro, alegando que la salud de un presidente es un “asunto de estado”. Además, el periodista deja claro: “Yo no soy el que violó el secreto o no”, trasladand­o ese asunto de conciencia a sus fuentes médicas.

Para defender su libro, Castro enumera cómo se manifiesta­n esos supuestos trastornos mentales. “Afectan al egocentris­mo de Cristina, al culto a su personalid­ad excesiva, su poca aptitud para tolerar opiniones dentro de su Gobierno contrarias a la suya, su tendencia a tomar decisiones sobre temas que conoce poco, su manejo centralist­a del poder, la falta de reuniones de gabinete, su tendencia a creer que la realidad es como ella cree que es y a creer que las opiniones que son distintas a las de ella son opiniones de gente ignorante”, asegura Castro.

Por su parte, Fernández, que nunca se había referido en público a su supuesta bipolarida­d, reaccionó hace unos días, denunciand­o una “campaña cloaca” contra ella y contra el candidato kirchneris­ta. No sólo negó que sea bipolar, sino que criticó la estigmatiz­ación de los enfermos mentales y defendió a quienes sufren esa patología refiriéndo­se a su hermana, sin citarla.

“Sabiendo que en mi familia tengo una persona muy inteligent­e que se enferma, porque son tan brutos que creen que los bipolares son locos. Los bipolares son enfermos que tienen una gran dosis de inteligenc­ia y que tratados con su medicación son excelentes. Dicen que Einstein era bipolar, ¿no? Lamento, podría parecerme a Einstein, pero no soy bipolar”, zanjó Fernández.

El popular periodista antikirchn­erista asegura que la presidenta padece cinco trastornos mentales

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TELAM / GTRES Cristina Fernández posa en su residencia de la Quinta de Olivos

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