Aire fétido misterioso
Un mal olor causa alarma en el área de Barcelona sin que se haya certificado su procedencia
Su rotunda presencia invisible se materializó con fuerza a partir de las 14.00 horas en la mayor parte de Barcelona. Un definido e intenso olor a excrementos se instaló en las calles de la capital catalana. El manto maloliente, sin embargo, superaba con creces los límites de la ciudad y se expandía a una parte del área metropolitana, de Badalona a Castelldefels. Lo confirma el número y el origen de la infinidad de llamadas recibidas por el 112. Eran personas alarmadas por el fuerte olor y por su tremenda molestia.
La sensibilidad de la población está estos días a flor de piel tras los atentados de París. No es de extrañar que ayer se activaran en Barcelona los equipos de desactivación de explosivos de los Mossos d’Esquadra por dos alarmas del todo infundadas, pero que llegaron a provocar cierres de calles.
Llegó entonces el mal olor. La fuerte pestilencia no pasó en absoluto desapercibida para quienes habían quedado bajo su cono fétido. La Guardia Urbana de Barcelona, por ejemplo, empezó a recibir llamadas de vecinos inquietos. Los sistemas de coordinación con los Mossos d’Esquadra se pusieron en marcha. La policía de la Generalitat se encontraba en la misma situación. Personas alarmadas les llamaban. Finalmente, unidades del servicio de limpieza y de medio ambiente del Ayuntamiento de Barcelona se pusieron en marcha. Bajaron a las alcantarillas y subieron a las zonas altas. Nada.
Enseguida tomó cuerpo la constatación de que el origen de la peste no venía de la capital catalana. El puerto de Barcelona certificó que no había habido accidente alguno o maniobra de estiba que hubiera podido provocar el olor. Tampoco desde el polígono de la Zona Franca se tenía constancia del origen del hedor.
Sobre las 16.30 de la tarde, se concluyó que el asunto alcanzaba una demarcación metropolitana cuando no provincial. La Generalitat entró en juego. La pelota pasó al tejado del Departament de Territori i Sostenibilitat. Mientras, las llamadas no dejaban de producirse. Sólo empezaron a remitir sobre las 18.30. A primera hora de la tarde, los distritos de Les Corts y de Sants-Montjuïc eran los más quejumbrosos. Sin embargo, de repente, eran vecinos del Eixample los que lamentaban el castigo a sus papilas olfativas con más insistencia. “Estamos buscando el origen que, en todo caso, no es tóxico porque los sistemas de detección permanecen inalterados. Se trata solamen-
La única opción que se apunta es un campo abonado de cuatro hectáreas en El Prat
te de una asunto de incomodidad”, se señalaba desde el área de Medio Ambiente del departamento que dirige Santi Vila.
Entonces, surgió la opción de El Prat de Llobregat. Medi Ambient la daba por buena, pero sin descartar otros posibles focos. El olor procedía de esa localidad famosa entre otras cosas por sus alcachofas. Incluso el Ayuntamiento baixllobregatino admitió esa posibilidad aunque a la vez reconocía que no tenía idea de donde podía estar el origen. Al ponerse el foco en el Parc Agrari del Baix Llobregat, los diversos payeses consultados por La Vanguardia confesaban no haber olido nada raro durante el día. O al menos, nada fuera de lo común en la zona ya en la que el olor a estiércol es algo a lo que están acostumbrados los payeses y los vecinos de El Prat y Sant Boi de Llobregat.
En el límite del término municipal
Las comunicaciones con el 112 se repitieron de las 14.00 a las 18.30
Unió de Pagesos dice que la parcela abonada ayer es demasiado pequeña
de esos dos municipios, en una finca cercana a la autovía de Castelldefels, es donde los técnicos del Parc Agrari del Baix Llobregat situaron el único terreno, con un tamaño de cuatro hectáreas, que había removido tierras durante el día de ayer. La mayoría de los terrenos están abonados desde hace meses; en las últimas semanas tan sólo lo hacen los que cultivan cereales y en el Parc Agrari son minoría. Fue fácil por ello dar con el posible origen del penetrante olor.
Raimon Roda, gerente del Parc Agrari del Baix Llobregat, no se atrevía ni a confirmar ni desmentir que fueran esos terrenos los causantes y lo dejaba en manos de los técnicos de Medi Ambient que visitarán esta mañana la zona. Lo que Roda tenía claro es que si la peste provenía del parque agrario, sólo podía ser de allí, pero mostraba su incredulidad ante la posibilidad de que el abono de un campo estuviera llegando tan lejos. “Si se confirma que ha sido aquí, se han tenido que dar unas condiciones meteorológicas muy determinadas”, apostillaba.
Según el presidente de Unió de Pagesos en el Baix Llobregat, Lluís Parés, habitualmente se utiliza estiércol que proviene del ecoparque. En cambio, ayer en ese terreno el estiércol venía de una planta de compostaje de Centelles. Parés, en todo caso, mostró su escepticismo. Calificó de “imposible” que el abono arrojado en tan sólo cuatro hectáreas llegara tan lejos. “Imposible”, insistió.