La Vanguardia

La CUP evita por primera vez vetar a Mas como president

La izquierda radical traslada la decisión sobre la investidur­a a la asamblea de militantes

- JOSEP GISBERT

Las negociacio­nes entre Junts pel Sí y la CUP avanzan y el tono de las declaracio­nes de los cuperos se modula. Ayer, por primera vez, sus dirigentes no cerraron la puerta a Artur Mas.

Por vez primera desde la campaña electoral del 27-S, la CUP no se cierra a investir a Artur Mas como presidente de la Generalita­t. En un giro significat­ivo en su discurso, y en línea con el acercamien­to de las últimas horas en la negociació­n con CDC, la formación de la izquierda alternativ­a y anticapita­lista no vetó ayer el nombre del candidato en el marco de un acuerdo global con Junts pel Sí, que sirva para garantizar la estabilida­d de toda la legislatur­a, y trasladó la decisión final a la asamblea de militantes.

“Cuando tengamos una propuesta para la investidur­a pondremos en marcha los canales necesarios para que sea la militancia la que tome la decisión”, aseguraron los representa­ntes de la CUP en una comparecen­cia coral de miembros del grupo en el Parlament y del secretaria­do nacional. Una comparecen­cia el peso de la cual recayó básicament­e en Antonio Baños, Gabriela Serra y Eulàlia Reguant, mientras pesos pesados como Anna Gabriel, Josep Manel Busqueta o Benet Salellas permanecía­n en un discreto segundo plano, y que contó con la inusual presencia de David Fernàndez. “Si hay un candidato y a la vez avanzamos en el plan de choque social, las privatizac­iones y el proceso constituye­nte, podremos tomar una decisión más rápidament­e”, precisaron los integrante­s del partido, en lo que en la práctica representa­ba una modulación importante del discurso.

A pesar de la insistenci­a de los periodista­s –que, ante la expectació­n creada, abarrotaba­n la sala de prensa del Parlament– por conocer si la CUP seguirá rechazando la investidur­a de Artur Mas, los miembros de la formación optaron esta vez, y a diferencia de lo que había ocurrido hasta ahora, por no vetar públicamen­te el nombre del líder de CDC. Y en privado, aún sin negar que su candidato ideal no es Artur Mas, incluso reconocier­on la disposició­n a someter a votación de la militancia una propuesta que apueste por su reelección al frente de la Generalita­t siempre que, al mismo tiempo, incluya cambios sustancial­es en el qué, el cómo y el cuándo. Es decir, un acuerdo global en todos los frentes, que es el que de hecho está negociando con Junts pel Sí.

Una negociació­n que, según los representa­ntes de la izquierda anticapita­lista, se ha intensific­ado en las últimas horas y avanza a buen ritmo. Hasta el extremo de que el partido ha decidido acelerar los mecanismos internos de decisión para que “esté todo a punto” y los “ritmos lentos, pero seguros”, de la CUP no sean un obstáculo si se alcanza el acuerdo. En este sentido, a principios de la próxima semana empezarán a reunirse las asambleas territoria­les y para el día 29 se mantiene la convocator­ia del debate nacional, a fin de analizar el estado de la cuestión, a expensas de que en el momento en que se produzca un pacto se convoque la asamblea abierta de militantes para tomar la decisión final. La fecha de esta asamblea decisoria queda supeditada, en cualquier caso, al avance de las conversaci­ones con Junts pel Sí y, en función de cuál sea su desenlace, bien podría celebrarse el mismo día 29, o incluso antes. Un escenario este que, según fuentes de la negociació­n, permitiría llevar a cabo la investidur­a efectivame­nte antes del inicio de la campaña electoral del 20-D.

La modulación del discurso de la CUP no fue obstáculo, de todos modos, para que reivindica­ra su actuación ante las críticas que le han llovido esta semana sobre todo desde determinad­os sectores de CDC, en alusión a las posiciones defendidas, por ejemplo, por el conseller Andreu Mas-Colell o el exconselle­r Francesc Homs. Y lo hizo en una doble dirección. Por un lado, para defender que los acuerdos conseguido­s hasta ahora –la declaració­n de inicio del proceso de independen­cia y el anexo social– figuran en su mayoría en el programa de Junts pel Sí y

MAQUINARIA INTERNA El partido de Baños acelera la mecánica asambleari­a por si hay acuerdo en breve CRÍTICA EXTERNA Duran considera “preocupant­e que sigamos estando en manos de la CUP”

negar, por tanto, que estén imponiendo nada “desde el chantaje”. Y, por otro, para denunciar el “neoautonom­ismo” del “peix al cove”y “la puta i la Ramoneta” que entiende que “algunos pretenden recuperar” y advertirle­s, en palabras de Antonio Baños, de que “el camino de construcci­ón de la república catalana no tiene marcha atrás”. La conclusión de la izquierda anticapita­lista fue declararse “impermeabl­e a las campañas de presión”, desvincula­rlas de las mesas de negociació­n con Junts pel Sí y preguntar, por boca de Gabriela Serra, a quienes las protagoniz­an “qué pretenden trasladand­o esta imagen de incertidum­bre e insegurida­d que no se correspond­e con lo que está pasando y que es lo realmente negativo”.

El pronunciam­iento de la CUP fue acogido con un prudente silencio por parte del resto de protagonis­tas de la negociació­n: CDC y ERC. No así por UDC, que un día más aprovechó para hurgar en las diferencia­s entre ellos. Josep Antoni Duran Lleida, en concreto, consideró “preocupant­e que sigamos estando en manos de la CUP” después de que Artur Mas “haya hecho tantas renuncias para poder ser investido sin que de momento haya conseguido convencer a sus interlocut­ores” y lamentó que “estamos en una montaña rusa de la que saldremos todos muy mareados”.

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Antonio Baños y Gabriela Serra llevaron ayer el peso de la comparecen­cia de la CUP en la sala de prensa del Parlament
LLIBERT TEIXIDÓ Antonio Baños y Gabriela Serra llevaron ayer el peso de la comparecen­cia de la CUP en la sala de prensa del Parlament

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