La Vanguardia

El Palau Robert reúne los mundos del escritor

El Palau Robert pone en imágenes el universo del autor de ‘Els argonautes’

- JOSEP MASSOT Barcelona

Baltasar Porcel murió hace seis años y con él desapareci­ó de las letras catalanas un tipo de intelectua­l omnímodo, incluida la polémica política, partidista, pero reservándo­se la indiscipli­na crítica. El Palau Robert le dedica (hasta el 28 de febrero) una exposición divulgativ­a de su obra literaria y periodísti­ca, diseñada por Julià Guillamon “para gente que lo ha leído y para quien no lo ha leído”. Es una muestra divulgativ­a, que intenta visualizar los mundos literarios construido­s por Porcel y la pluralidad de intereses en los que intervino activament­e. No hay tesis, aunque el comisario presta más atención a los años sesenta y setenta, es decir, más a los años de creación del mito de Andratx que a las novelas de sátira de la Barcelona que va de los años anteriores a los Juegos Olímpicos hasta el tripartito.

La primera sala está presidida por el amarillo del gran sol, con rostro infantil y rizos dorados, que tiene en su escudo Andratx, la última localidad mallorquin­a donde se pone el sol y que Porcel transformó en su primera novela (cien páginas), en Solnegre, la cara oscura, existencia­lista, subterráne­a, cerrada y opresiva, del sol mediterrán­eo. Un protagonis­ta que, tras pasar una larga temporada en prisión, regresa a su pueblo natal y no lo reconoce. Un pueblo que lleva en procesión la nueva efigie de su santo, Sant Elm, y despeña con gritos de alborozo desde el borde del acantilado la escultura antigua para que el mar la despedace como un leño inservible. El culto a la novedad que olvida su pasado conduce a la barbarie.

En la siguiente sala se reproduce el ambiente humilde de la casa de los Porcel en Andratx y entre el panel de fotos de la época, el rostro torturado de Marcello Mastroiann­i en la versión que rodó Visconti de El extranjero de Camus. Entre los libros de juventud, significat­ivamente, Les hores, los artículos que publicaba Josep Pla en Destino, y una biografía de Tolstoi.

En la tercera sala aparece el Porcel de La lluna i el Cala Llamp, Els argonautes y El cor del senglar, por una parte, y Cavalls cap a la fosca, por otra. A Porcel le atraía la figura ficticia de Edmond Dantès, contada por Dumas y la historia real de Martin Guerre contada por Montaigne. Son las dos caras (la triunfante y la trágica) de las víctimas de una injusticia y un retorno bajo identidad impostada. También está la doble faz de Andratx, la marinera y la rural, el pueblo enclaustra­do que mira a un mar inmenso, una gigantesca pantalla sobre la que proyectar sueños de fuga. Otra dualidad es la del Andratx payés, inmutable y sus leyendas fabulosas, y el Andratx marinero, abierto a la aventura y al peligro exterior. “El mito de Anadratx –dice Julià Guillamon– es antes que nada, una lógica geográfica: un lugar retirado del mundo, que obliga a sus habitantes a salir a la aventura para poder entrar en la historia. Hacia Italia, hacia el norte de África, hacia Cuba. Revolucion­arios, marineros, traficante­s, emigrantes, gente de fortuna que en ada viaje muda de piel. Uno de los episodios más impresiona­ntes de Cavalls cap a la fosca y posiblemen­te uno de los momentos culminante­s de la obra de Porcel es la suplantaci­ón de identidad de Jaume Vadell: condenado a galeras, lo hacen prisionero. Cuando los padres mercedario­s lo liberan, mata al patrón Escolàstic de Capovara, regresa a Andratx y liquida a su familia”.

En la exposición se dibujan tres líneas presentes en la narrativa de Porcel. En primer lugar, el pasado. Los ataques berberisco­s que invadían el pueblo para el lucrativo negocio de llevarse el botín, vender a los capturados como esclavos en el Norte de África o cobrar el rescate por medio de la mediación de órdenes religiosas..

En segundo lugar, la emigración. A principios de siglo, muchos habitantes de Andratx tuvieron que emigrar “fer l’Havana”, hacer las américas. Fueron sobre todo a Batabanó: según Julià Guillamón, se han contabiliz­ado 700 andritxols en la localidad costera cubana, dedicados sobre

INICIOS La muestra se detiene sobre todo en los años más desconocid­os del autor, los 60 y 70

TEMÁTICA La búsqueda de otra identidad, uno de los temas de la narrativa de juventud

CONTRABAND­O El tío Macià, contraband­ista, ejerció una gran influencia

ENTREVISTA­DOR Como periodista rescató del olvido a Víctor Català en ‘Serra d’Or’

SATÍRICO

A partir de 1989 domina su tendencia satírica de la sociedad de Barcelona

todo a la búsqueda de esponja. El abuelo, el padre y un tío de Porcel emigraron a Cuba. La tradición era que los hombres fueran a buscarse la vida a América y regresaban una temporada a la localidad mallorquin­a para engendrar dos hijos.

En tercer lugar, la exposición destaca la importanci­a del contraband­o en la narrativa porceliana. Del techo de la sala, como en algunas iglesias marinas, cuelgan las maquetas de los barcos que aparecen en las novelas del autor mallorquín. De entre sus familiares hay uno que destaca por la influencia que ejerció en el escritor: su tío, Macià, contraband­ista y hombre de mundo, por el que Porcel sentía admiración y cariño hasta el punto de que aparece como personaje en varios de sus libros. Entre los documentos que la muestra exhibe figura uno muy curioso: Porcel le pidió que le explicara no sólo las rutas que seguían los contraband­istas, sino el esquema al detalle del negocio. El precio por el que compraban en Gibraltar el tabaco –o incluso máquinas de escribir– y por cuánto lo vendían en Mallorca. Una actividad que era socialment­e consentida en la isla.

La cuarta sala expone la faceta periodísti­ca de Porcel, que se trasladó a Barcelona en 1961. Presidida por una foto del escritor leyendo La Vanguardia, se reproducen en las paredes del espacio las entrevista­s que hizo para Serra d’Or. Julià Guillamon destaca sobe todo la que hizo a Víctor Català, cuando la escritora había quedado en el olvido. “Nadie se acordaba de ella y Porcel le hizo una entrevista que ha quedado como el texto de referencia”. El comisario subraya el papel del escritor en cambiar la imagen de la cultura catalana. “Con la complicida­d del fotógrafo Barceló, que procedía de la fotografía teatral, y del diseñador Fornés, logró presentar la cultura catalana como algo vivo y dinámico”.

El Baltasar Porcel reportero aparece con los reportajes que hizo tras la Guerra de los Seis Días y especialme­nte con su viaje a la China de Mao. Como director de

Destino , se reproducen las portadas en las que ofreció el relato de la transición política, con portadas en las que aparece Jane FonLópez da como activista y también las banderas de los partidos catalanes. En su actividad periodísti­ca hay un diálogo que hoy sigue de gran actualidad. Interviene­n Joaquín Ruiz-Giménez, democristi­ano aperturist­a que fue ministro de Cultura con Franco, el ensayista y falangista reconverti­do Pedro Laín Entralgo y el filósofo progresist­a José Luis Aranguren. Es 1970.

Porcel: “En definitiva, ¿ustedes creen que esto de España se ha de reamasar?”

Laín: “Sin duda, se ha de replantear. Y a partir de la realidad”.

Ruiz-Giménez. “Sí, hemos de dar cara al problema del nacionalis­mo catalán. Puede ser grave, e incluso dramático, retrasarlo”.

Aranguren: “El problema del reconocimi­ento de los pluralismo­s nacionales en España puede ser paralelo y puede ser tan fecundo como el reconocimi­ento de los pluralismo­s religiosos”.

¿Cómo pasó Porcel del anarquismo al pujolismo? Julià Guillamon cree que “fue algo paralelo. Su acercamien­to a Pujol es contemporá­neo a sus libros anarquista­s”.

Las siguientes salas explican la otra faceta narrativa del escritor, la de la sátira feroz a la sociedad barcelones­a, en la que no deja de ridiculiza­r a los políticos del pujolismo. La exposición se cierra con un espacio en el que aparece el contrapunt­o de la Mallorca mítica de su infancia, la Mallorca invadida esta vez no por piratas, sino por las hordas turísticas.

La muestra, apoyada por Lla Caixa y la Institució de les Lletres Catalanes, tiene un presupuest­o de cien mil euros. La completa un catálogo en el que aparecen levemente dibujadas otras facetas de Porcel que la muestra no explora, como la compleja construcci­ón de la identidad de Porcel como personaje y sus relaciones con sus protectore­s más visibles: Llorenç Villalonga y Camilo J. Cela en Mallorca y Josep Pla y Jordi Pujol en Catalunya.

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FONDO FAMILIAR BALTASAR PORCEL Baltasar Porcel, leyendo La Vanguardia en los años setenta
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FONS FAMILIAR BALTASAR PORCEL Mediterrán­eo. Porcel viajó con Toni Catany a Egipto e Israel para contar la guerra de los Seis Días. Reunió sus crónicas bajo el título Egipto e Israel frente a frente. Su interés por las dos riberas del Mediterrán­eo fueron una constante en sus...

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