Asia-Pacífico pide un pacto internacional
Los 21 países de la APEC cierran filas contra el terrorismo
Veintiún países de las dos orillas del Pacífico se conjuraron ayer para reforzar la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo. Sus jefes de Estado y de gobierno anunciaron este compromiso al término de la cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) celebrada en Manila como respuesta a la oleada de atentados en París, Beirut y contra un avión de pasajeros ruso reivindicados por el Estado Islámico (EI).
“No permitiremos que el terrorismo amenace los valores fundamentales que sostienen nuestras economías libres y abiertas. Insistimos en la urgente necesidad de aumentar la cooperación internacional y la solidaridad en la lucha contra el terrorismo “, señala la declaración final de la cumbre. Afirmación precedida por la condena de “todos los actos, métodos y prácticas del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones”, señala el texto.
La contundencia de esta declaración es sumamente reveladora del cambio de actitud de esta organización. Hasta ahora, las cumbres de la APEC se habían centrado sólo en el desarrollo y la cooperación económica regional y habían rehuido los asuntos políticos. Era la condición que impuso China en su día para participar en estas reuniones.
Ahora, sin embargo, la situación ha cambiado. Son conscien- tes de que no están a salvo de ataques terroristas y tienen que buscar la cooperación internacional. Muchos de estos países han sufrido atentados y otros, como Malasia, Indonesia, Filipinas o Tailandia, son conscientes de que sus territorios son un vivero de islamistas radicales que han engrosado las filas del Estado Islámico y que pueden regresar en cualcomún quier momento. Posibilidad que convierte sus territorios en blanco de potenciales atentados.
Incluso China se ha visto golpeada por el EI, que el miércoles ejecutó a un súbdito chino y a otro noruego que mantenía como rehenes. Acto que fue condenado por el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, quien declaró que “el terrorismo es el enemigo de todos los seres humanos”, según Xinhua.
Esta coyuntura resultó decisiva ayer para que los mandatarios de los países ribereños del Pacífico, que representan al 40% de la población mundial y el 60% del comercio del planeta e incluyen a grandes potencias como Estados Unidos, Rusia, China y Japón, decidieran cerrar filas en la lucha
Obama insiste en que el conflicto sirio no terminará mientras El Asad se mantenga en el poder
contra el terrorismo. Y subrayaron su determinación a cortar los canales de financiación de los terroristas y a aumentar la vigilancia de sus movimientos.
Apostaron también por el desarrollo y la mejora de las condiciones de vida como medio eficaz para frenar el extremismo. “El crecimiento económico, la prosperidad y las oportunidades se encuentran entre las herramientas más poderosas para abordar las causas profundas del terrorismo y la radicalización”, señalaron los líderes en el texto final.
Este consenso se rompió, sin embargo, a la hora de analizar la guerra de Siria. En una reunión bilateral con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, Barack Obama consideró que este conflicto no terminará mientras el presidente Bashar el Asad se mantenga en el poder. Afirmación que fue rebatida desde Moscú por el ministro de Exteriores ruso. Serguéi Lavrov declaró a una emisora local que El Asad “representa los intereses de una parte sustancial del pueblo sirio, por lo que sin él no habrá solución al conflicto”.