En la ronda falta uno
Cuando la alarma decae, empieza a oírse otra sirena. Cuando concluye una ronda de contactos en Moncloa, comienza otra. La política española se halla en ronda permanente.
La primera se inició el 28 de octubre y versó sobre Catalunya. La resolución en favor de la desobediencia al Tribunal Constitucional ofrecida por CDC a la CUP como contrato de arras por una investidura que aún no ha tenido lugar. Un error que dividió al Consell Executiu de la Generalitat, sembró la semilla de la discordia en Convergència, dejó de una pieza a los embajadores de los países europeos, causó irritación en Bruselas, provocó que el diario Financial Times publicase un editorial sobre la locura del independentismo catalán, y ofreció un magnífico regalo estratégico a Mariano Rajoy.
La segunda ronda habla francés. La alarma en mayúsculas. La Gran Alarma. Grave riesgo de atentado cuando faltan cuatro semanas para unas elecciones generales de enorme calado. El hado negro del 2004 recorriendo de nuevo la política española.
Los partidos nuevos están encantados. El palacio reconoce la realidad de la calle. Albert Rivera aprovechó muy bien la primera convocatoria, exhibiendo porte presidencial durante su conferencia de prensa en la Moncloa. En Podemos no salen de su asombro. En poco menos de un mes han fichado a un general de la OTAN para sus listas y han sido consultados dos veces por Rajoy. En el PSOE comienzan a estar desesperados. La ronda amortigua el debate. La ronda fortalece al presidente. La ronda tranquiliza
Llamando a Mas, Rajoy haría un ejercicio de hegemonía política; ignorándole refuerza el mito de la desconexión
a la sociedad. La ronda enjaula al primer partido de la oposición. La ronda castiga al disidente.
El presidente del Gobierno vasco ha sido consultado. Al presidente de la Generalitat de Catalunya en funciones no se le llama. Podía haber sido convocado para pedirle la retirada de la resolución. Se lo pregunté hace unas semanas a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y respondió con puntos suspensivos. “Veremos...”. No habría sido fácil para Artur Mas esa cita. Ahora Mas está siendo excluido de la ronda de contactos sobre la alarma terrorista. El Gobierno alega que el ministro del Interior se halla en permanente contacto con el conseller catalán. (Jorge Fernández Díaz y Jordi Jané son amigos personales). Rajoy ha desconectado de la Generalitat, como respuesta a los 72 votos desconectadores en el Parlament. Es un error. La presidencia de la Generalitat va más allá de Mas. La Generalitat es el marco institucional de todos los catalanes. La Generalitat fue reconocida por el Estado español antes de que se aprobase la Constitución.
Hablando con el presidente catalán, Rajoy efectuaría un ejercicio de hegemonía política y moral. Ignorándole hace una concesión al partido del castigo (la fracción política y mediática favorable a la penalización de las instituciones catalanas) cuando faltan 30 días para las elecciones.