Vivir la infancia con plenitud
Mayoritariamente cuando pensamos en la infancia nos vienen a la cabeza recuerdos positivos, experiencias agradables vividas en familia, un bienestar que hizo posible un periodo dulce en nuestras vidas. Una infancia llena, estable, con las necesidades materiales, afectivas, de seguridad cubiertas hace posible un desarrollo armónico en el cual se asienta la educación, conocimientos, equilibrio emocional, espiritualidad, inquietudes culturales y de superación. Cierta serenidad y un entorno rico en estímulos favorece el crecimiento integral de la persona, de las diferentes capacidades humanas, el fundamento de una igualdad de oportunidades.
Cuando los primeros años de la vida van asociados a carencias en el equilibrio nutricional, a la seguridad y el confort mínimo en el hogar, a la angustia material por la mañana, a necesidades en la estabilidad emocional, es altamente probable que haya problemas de integración, consecuencias en el equilibrio psíquico, baja autoestima, la cronificación hereditaria de la vulnerabilidad social. Las carencias económicas y sus consecuencias son reproducidas, desgraciadamente, generación a generación. Un estudio reciente de Cáritas presentado en Cristianisme i Justícia demostraba la correlación entre pobreza y salud mental en Barcelona. En una misma población, con un clima benigno y un sistema de salud pública bastante correcto, hay diferencias de esperanza de vida de hasta nueve años entras los barrios más ricos y los más pobres.
Podemos hablar de los derechos del niño, del nivel de servicios del Estado de bienestar, de la solidaridad personal o a través de entidades, pero hay que garantizar unos medios mínimos para asegurar una infancia digna. La escolarización es la herramienta esencial, pero tiene que disponer de los recursos para atender la diversidad desde la guardería. Cada vez son más necesarios los servicios maternoinfantiles para formar a la familia sin recursos personales en la primera etapa de la vida de los hijos. Así lo hacen programas como el Paidos de Cáritas para atender familias con menores de 6 años o centros socioeducativos y abiertos municipales y de entidades que acogen niños al salir del colegio.
Con motivo de la conmemoración del día universal de los Derechos de los Niños, la Fundació Pere Tarrés promueve la campaña “El patio mayor”, para concienciar a la ciudadanía de la importancia de vivir una infancia feliz con las necesidades básicas cubiertas.