La Vanguardia

La 41.ª edición de Filmets descubre la pujanza del corto suizo

- SALVADOR LLOPART Barcelona

Suiza, un país desacredit­ado para la creación artística desde aquel nefasto comentario de Harry Lime, el detestable personaje que Orson Welles encarnaba en El tercer Hombre.

Decía Lime con sorna en el filme de Carol Reed: “En treinta años de dominación de los Borgia, en Italia hubieron guerras matanzas, asesinatos.... Pero también Miguel Ángel, Leonardo y el Renacimien­to. En Suiza, por el contrario, tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? ¡El reloj de cuco!”

El reloj de cuco, de acuerdo. También el queso, sin olvidar tantas otras creaciones y creadores. Cómo olvidar, por ejemplo, el nombre de Alain Tanner, el primer cineasta suizo que a uno le viene a la mente. “Si hay una producción potente en el terreno audiovisua­l en Suiza, es el cortometra­je”, destaca Agustí Argelich, director de Filmets. Cortos que, en este caso, la 41.ª edición del veterano festival de Badalona dedicado al formato del cortometra­je, se ha propuesto poner de manifiesto. “Suiza tiene una larga tradición de apoyo al cortometra­je, dice Esther Marquès, productora ejecutiva de este festival tan querido por los badalonese­s que llenan sus sesiones (gratuitas), mientras dura el certamen: desde hoy mismo hasta el próximo 29 de noviembre. Un evento, compuesto este año por más de 250 cortos en su sección oficial, que se celebrará en diferentes sedes de la ciudad: en el teatro Zorrilla, el Principal y otras pantallas de Badalona.

Filmets, que se organiza por programas de cortos, tendrá este año una sesión muy especial. Será el domingo 22, a las siete de la tarde, en el teatro Zorrilla, la sede principal. Allí tendrá lugar las sesión Cine, música y gastronomí­a, dedicada a Suiza, que, además de una decena de cortos, incluirá la actuación musical de Gilles Estoppey, además de la degustació­n de vinos suizos y, si, por supuesto, el famoso queso, tanto o más famoso en el mundo que el denostado reloj de cuco, por Harry Lime.

“El corto, como formato, vive una gran pujanza en Suiza gracias al apoyo que recibe del Swiss film, un instrument­o oficial de apoyo mundial al corto suizo. Sin el Swiss film no tendríamos esta sesión en Filmets”, destaca Argelich, el entusiasta director de Filmets.

El domingo 22, la sesión de las siete de la tarde, en el teatro Zorrilla, estará dedicada a Suiza

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