Eliot Ness contra Capone
Conexión Marsella
Dirección: Cédric Jimenez Intérpretes: Jean Dujardin, Gilles Lellouche, Benoît Magimel, Céline Sallette Producción: Francia, 2014. Duración: 135 minutos. Thriller.
En 1975, John Frankenheimer realizó French connection 2, la estupenda secuela del multioscarizado clásico de William Friedkin. En ese mismo año arranca precisamente la acción, que se prolongará unos años más, de Conexión Marsella, un thriller centrado en el mundo del narcotráfico que ya, tanto en el título castellano como en el original (La french), remite directamente a las obras de Friedkin y Frankenheimer. Inspirada en hechos verídicos, narra el enfrentamiento entre un juez dispuesto a limpiar la ciudad y el influyente e implacable capo local. Podemos pensar en Los intocables de Eliot Ness, pues nuestro héroe es tan obstinado como Ness en su cruzada y por supuesto no cede ante el chantaje ni se amilana pensando en lo que le puede suceder a su familia.
Conexión Marsella alterna los puntos de vista antagónicos de los protagonistas, dedicando más o menos el mismo tiempo de metraje a las cuitas del magistrado y su equipo policial y las del poderoso narcotraficante y sus sicarios, con algunas subtramas de estos últimos concernientes a puntuales ajustes de cuentas. Jean Dujardin, el oscarizado intérprete de The artist, y Gilles Lellouche ofrecen espléndidas composiciones de estos dos personajes antitéticos, en un reparto por lo demás sólido y verosímil. El modelo de narración, dinámico y vigoroso, es de filiación scorsesiana, aunque no llega a la categoría de Casino o El lobo de Wall Street. Más bien el radio de acción en que se mueve Cédric Jimenez es el de la actualización de viejos moldes del cine policíaco francés, el llamado polar, vertiente artesanal: Jacques Deray, Henri Verneuil, etc. Un cine no particularmente creativo pero tremendamente eficaz: la escena de la frustrada detención en el bar de la esquina, por ejemplo, está orquestada con una competencia desusada y excelente control del suspense. Lo mejor que se puede decir de Conexión Marsella es que, siendo imprudentemente larga, no ofrece un solo minuto de aburrimiento.