Bélgica refuerza la vigilancia por temor a una venganza terrorista
El temor a una venganza terroristas por el asalto policial que costó la vida a Abdelhamid Abaaoud ha puesto a Bélgica en estado de máxima alerta. El aumento de la seguridad anunciado por el Gobierno es cada vez más visible en Bruselas, tanto en el centro como en estaciones de metro y tren, donde se ve un número creciente de policías y soldados fuertemente armados. Varios actos han sido cancelados en el último minuto y la tensión se siente en las miradas de la gente en los espacios públicos.
Formalmente Bélgica sigue en el nivel tres de alerta terrorista en una escala de cuatro, lo que significa que “la amenaza es posible y verosímil”, pero el centro de crisis del gobierno recomendó ayer un refuerzo de la vigilancia en particular en la capital del país. También se ha pedido a los ciudadanos que estén alerta, sobre todo en los lugares de fuerte concentración de personas como estaciones, aeropuertos o zonas comerciales, y que colaboren con los posibles controles que puedan encontrarse. “Las autoridades y los servicios de seguridad, que siguen de cerca la situación, se toman muy en serio la amenaza”, afirma el comunicado del centro de crisis difundido ayer, que evita dar más detalles para no entorpecer las investigaciones en marcha.
La policía belga sigue buscando a Salah Abdeslam, uno de los autores de los atentados terroristas de hace una semana en París. Se sabe que volvió a Bruselas a la mañana siguiente (las dos personas que lo trajeron, que dicen no saber nada de los ataques, están detenidas) y las redadas en el barrio de Molenbeek, donde vivía, han sido continuas durante la última semana. Sin resultados. A última hora de la tarde de ayer varios camiones del ejército y coches policiales atravesaron a toda velocidad el centro de la capital en dirección a este distrito, conocido por haber dado cobijo a numerosos terroristas islámicos.
La policía está pendiente también del paradero del hermano de Hasna Ait Boulahcen, la mujer que murió a balazos de la policía durante el asalto de la madrugada del miércoles en Saint-Denis (en un principio se pensó que se había suicidado con un chaleco de explosivos). El hombre ha desaparecido de su domicilio en Maasmechelen (este de Bélgica). La policía ha hablado con testigos que dicen que le vieron al día siguiente de conocerse la noticia montándose en su camioneta con varios hombres más con aire determinado y con planes de dirigirse a Francia, informa el diario La Dernière Heure. La policía, añade, se toma muy en serio estas declaraciones dado el contexto actual.
El jueves por la tarde el temor a un atentado se extendió por el barrio de estudiantes de Bruselas al cancelarse en el último minuto varias celebraciones multitudinarias que estaban previstas. Con sólo horas de antelación, el Ayuntamiento decidió cancelar los (etílicos) festejos de los universitarios en honor a Saint-Verhaegen; la tradición es hacer un desfile y ya se había decidido limitarlo a una concentración en la Grand Place, lo que finalmente también se descartó. Los estudiantes optaron por celebrar a su patrón en pequeños grupos por las calles de Bruselas.