“Debería acabar como Kennedy”
Detenidos seis miembros de la Cosa Nostra que amenazaban al ministro del Interior italiano
La Cosa Nostra, la mafia siciliana, parecía adormecida en los últimos años, tras ceder el protagonismo a otras organizaciones criminales más pujantes como la Camorra napolitana o la ‘Ndrangheta calabresa. Pero el mítico monstruo reapareció ayer con seis detenciones nada menos que en la zona de Corleone, la tierra de los octogenarios padrinos Totò Riina y Bernardo Provenzano, que cumplen sendas condenas de cadena perpetua.
Las escuchas telefónicas de la policía permitieron los arrestos y evitaron un homicidio inminente con el que los mafiosos pretendían resolver el conflicto en torno a una herencia. Pero, además, los investigadores descubrieron que el actual ministro del Interior, Angelino Alfano –siciliano y extitular de Justicia en el Gobierno de Silvio Berlusconi– también estaba en el punto de mira de la Cosa Nostra, aunque no había planes operativos para un atentado.
En sus conversaciones, los mafiosos reprochaban a Alfano haberse olvidado de ellos, a pesar de la presunta ayuda facilitada al político para ser elegido y llegar al Gobierno en Roma. Según el fiscal de Palermo encargado del caso, la Cosa Nostra no ha perdonado el papel del ministro en el endurecimiento del régimen carcelario para los condenados por mafia, el famoso artículo 41 bis, que impone restricciones muy estrictas con el objetivo de aislarlos al máximo, evitar que puedan seguir dirigiendo los negocios desde la celda y ablandarlos para que se arrepientan y colaboren con la justicia.
“Debería acabar como Kennedy”, dijo uno de los detenidos en una charla con otro mafioso. Se refería, obviamente, al presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas en 1963. El móvil de aquel magnicidio nunca se ha esclarecido y una de las hipótesis que se ha manejado siempre es una venganza de la mafia.
Uno de los arrestados ayer fue el capo Rosario Lo Bue, ya encarcelado en el 2008 pero luego absuelto y puesto en libertad.
Alfano quitó importancia a las amenazas y dijo que muchos funcionarios del Estado en Sicilia corren más peligro que él. Y el ministro, siempre tentado por la hipérbole, añadió: “Sé que me la tenían jurada. Pero la liberación de mi tierra, mi tierra de Sicilia, de estos malditos vale más que la vida de cualquiera de nosotros”.