Terrorismo y Estado propio
El cruento atentado de París del viernes 13 de noviembre, asociado a la preocupación por la avalancha de refugiados, está sirviendo para que todos los ciudadanos europeos nos percatemos de que en nuestro mundo la seguridad es un tema global que exige del esfuerzo coordinado de todos.
Las secuelas que el atentado ha tenido y está teniendo las vemos cada día: partidos de futbol internacionales suspendidos, actuaciones policiales extraordinarias, vigilancia militar en puntos estratégicos, rastreos informáticos, intercambio de informaciones entre fuerzas de seguridad de todos los países y, lo que es más importante por mucho que parezca inefectivo: reuniones internacionales a los más altos niveles tratando de coordinar respuestas para prevenir nuevos atentados y para buscar a los responsables de los atentados y de la financiación y preparación de estos.
La propia presencia de Rajoy en la reunión del G-20 del día 15 de noviembre en Antalia, discutiendo del tema, sirve, además, para poner de relieve que España figura entre los países que han hecho oír su voz en estos momentos difíciles. Y mientras esto sucede, en Catalunya seguimos distraídos con el proceso por más que algunos miembros del Govern en funciones nos hayan mostrado que no quieren ilegalidades ni avances
Combatir el terrorismo es una prioridad internacional, mientras en Catalunya seguimos con el proceso
irreflexivos . Hemos visto como el Tribunal Constitucional ha parado la resolución de desconexión del 9 de noviembre, pero seguimos empecinados en discutir si el president Mas, tiene que ser reelegido con el apoyo de una CUP independentista, anti-UE , anti-OTAN y antisistema o si debemos empezar a preparar nuevas elecciones para deshacer el desacreditado y ridiculizado entuerto actual.
Llevados, además, de un más que discutible optimismo respecto al proceso hacia la independencia, autoridades catalanas han empezado a explicar al mundo que aquí vamos a iniciar el proceso con unos mensajes que de momento –afortunadamente– casi nadie en Europa se ha tomado demasiado en serio por cuanto no existe el apoyo referendario masivo exigible en estos casos.
Junto a ello y a mayor abundamiento, el pacifismo que impregna una parte de la sociedad catalana nos dice que una Catalunya independiente no necesitaría ni ejército propio ni un aparato de seguridad terrestre, marítimo y aéreo en consonancia con lo que se pretende sea un nuevo Estado europeo con los atributos necesarios para formar en el concierto internacional, dentro de la UE y de la OTAN como querría Junts pel Sí.
Avanzar hacia el Estado propio exige pensar en la legalidad y conseguir seguridad para quienes habiten aquí y esto pasa por lograr que este territorio no se convierta en una base en donde, sin unos cuerpos de seguridad adecuados, los terroristas campen a sus anchas.