Núria, que salva vidas en tierra firme
Las mujeres y los hombres de Proactiva, que se juegan la vida a diario en el Egeo, han aparecido en infinidad de reportajes en radio, prensa y televisión. Como dice Homero de los protagonistas de la Odisea, “no hay elogios suficientes para hacerles justicia”. Pero conviene no olvidar a otros socorristas que trabajan con el mismo denuedo, aunque en tierra firme. A diferencia de los vigilantes de la playa de Lesbos y de otras islas griegas, que no tienen más remedio que publicitar su labor para obtener fondos con los que impedir que el mar se convierta en el Hades de los refugiados, estos otros salvadores rechazan todo tipo de protagonismos. También nadan en aguas procelosas, pero lejos de los focos: en despachos de Benestar Social o en dependencias municipales. Viendo a Núria nadie diría que es una heroína digna de la antigüedad clásica. Y lo es. Esta asesora del Centre d’Informació per a Treballadors Estrangers de Comisiones Obreras desarrolla su labor en el Saier, donde el Ayuntamiento de Barcelona ofrece desde 1989 información y asesoría sobre inmigración, refugio y emigración. En otras palabras, el Saier, en el que trabajan también representantes de la Cruz Roja, de UGT y de otras tres entidades, es una de las puertas de entrada a la ciudad. Desde enero y hasta el 30 de septiembre de este año, ha atendido a 1.130 solicitantes de refugio. Un día se presentó una catalana, una trabajadora de Parcs i Jardins a la que llamaremos Anna. Cuando era muy jovencita estuvo casada con un sirio y tuvieron una hija, a la que quería traer a Catalunya. Su hija, a su vez, era abuela: una de sus tres hijas ya era madre. Núria, como hacen todas sus compañeras, movió tierra y cielo para lograr la reunificación. Nunca olvidará las lágrimas de gratitud de la familia. Pero faltaba un último esfuerzo. El esposo de la bisnieta de Anna también había huido de la guerra, pero seguía en Turquía. Núria con su marido, que es marroquí y que la ayudó en casa con las traducciones del árabe y el papeleo, siguió trabajando fuera de su horario laboral en busca de un final feliz. Uno de los mejores días de su vida fue la mañana en que aquella chica y su pareja la fueron a ver. “Ahora sí que ya estamos todos”. La Generalitat asegura que Catalunya está preparada para acoger a 5.000 refugiados como ellos. Para esta tarea titánica no tenemos a héroes como Heracles, pero sí a personas como Núria.