Pasión o precaución
El público del Real Madrid no está acostumbrado a una palabra: control. Ni con balón ni sin balón. Lo que le gusta al aficionado madridista es el zafarrancho, la épica, el ir a por todas con un punto más de corazón que de cabeza. Esa pasión choca con la manera cartesiana de entender el fútbol de Benítez, muy dado al cálculo especulativo. No sólo se trata de si pone más o menos talento, sino también de cómo lo utilice.