Duerme como los ángeles
Fichó por el Barça después de cinco temporadas (1991 a 1996) como jugador del Real Madrid y su conversión a la fe blaugrana fue completa. Luis Enrique, que fue un futbolista de genio y es un técnico ponderado fuera de las salas de prensa, podría firmar aquella definición de Piqué sobre los silbidos del Bernabeu: “Son sinfonía”. Digamos que al entrenador de Gijón no le quitan el sueño ni los pitos ni la perspectiva de visitar por tercera vez el banquillo de Chamartín. “Estoy pasando la mejor época de mi vida como entrenador a nivel de sueño. Hoy se lo decía a mi mujer, estoy durmiendo como los ángeles”, reveló ayer. Quizá fuera una estratagema para contener la sobrexcitación de sus jugadores ante otro partido del siglo (“siempre es mucho más estimulante para nosotros ganar en casa del máximo rival”), pero el triplete de la pasada temporada es un buen motivo para dormir del tirón, máxime cuando a mitad de curso se produjeron amenazas de naufragio. Más expuesto a sufrir insomnio está Rafa Benítez, veterano del banquillo, que entrenaba al Extremadura en el 2002, cuando perdió contra el Barça (1-2) con goles de Luis Enrique y Kluivert.
El Bernabeu es una asignatura pendiente para el técnico asturiano. Hace dos años su Celta hizo méritos para imponerse pero el delantero centro Charles tuvo un día nefasto y el equipo terminó cayendo 3-0. Regresó la pasada campaña y puso en escena a Luis Suárez, que llevaba cuatro meses sin competir por sanción, como factor sorpresa. El uruguayo proporcionó la asistencia del gol de Neymar, pero los blancos remontaron (1-3) y endosaron la primera derrota a Luis Enrique como técnico del Barça. En su tercera visita a Chamartín busca el primer triunfo. “Es un partido que nos atrae a todos, es de los que todos tenemos identificados como muy especiales”, dice, pero no le quita el sueño.