HÉROES Y/O VÍCTIMAS
La calle Nancy Muniz es un conombre: el nombre original no desaparece, pero durante una manzana comparte la calle. En los últimos 15 años se han puesto más de 1.500. De estos, el 30% son de víctimas o héroes (la diferencia no es siempre clara: en la memoria colectiva, la víctima, como Nancy Muniz, es el héroe de la normalidad rota, etcétera) del 11-S. De estos, la mitad son víctimas civiles y la otra mitad policías, bomberos y otros trabajadores públicos que se jugaron la vida aquel día y o la perdieron entonces o la perdieron después, a menudo de enfermedades relacionadas con el polvo del derrumbe.
Los conombres han creado un doble mapa en Nueva York: el primero, por debajo, con los nombres de toda la vida, la mayoría son o bien figuras históricas poderosas o bien nombres de propietarios de los terrenos donde las calles se dibujaron. Sin contar los descriptivos –Broadway– o la miscelánea de idas y venidas históricas. La mayoría, claro, son nombres de blancos. Los nuevos conombres explican las capas de inmigración de la ciudad como las lápidas de los cementerios, y también la extensión del derecho al honor, al narcisismo y al dolor. Como para conseguir que te lo concedan necesitas que el 75% de los residentes de la calle firmen la petición, abundan los microhéroes, los microcélebres, las víctimas que duelen porque eran próximas, de los nuestros.