Sin esfuerzo no hay recompensa
SÍLVIA VIUDAS, DIRECTORA DE LA ESCUELA SUPERIOR DE DISEÑO LCI BARCELONA
Sílvia Viudas vive por y para su trabajo. Y no podría estar más orgullosa de ello. Con 45 años dirige la Escuela Superior de Diseño LCI Barcelona, un proyecto educativo surgido de la fusión del centro de moda Felicidad Duce (fundado en Barcelona en el 1928) y LCI Education, una red canadiense de escuelas de diseño con presencia en los cinco continentes.
El gigante canadiense vino a buscar a Felicidad Duce en el 2013. “Queríamos un socio para crecer en el extranjero y LCI Education superó las expectativas con su proyecto internacional”, comenta la directora. Desde entonces, el socio canadiense cuenta con el 70% del accionariado de la escuela de Barcelona y Viudas conserva el 30%.
LCI Barcelona es el primer centro de la marca en Europa y por este motivo, quiere convertirlo en la sede principal del continente. Por ello, el grupo canadiense ha invertido más de 15 millones en el proyecto. Ha comprado un terreno en el área 22@ del Poblenou (donde construirá un nuevo centro de 8.000 metros cuadrados) y ha habilitado una escuela provisional en la calle Balmes, inaugurada en octubre, que dobla las dimensiones de la antigua.
LCI Barcelona cuenta con 700 alumnos y una facturación que ronda los 3,5 millones de euros. Antes, el centro sólo ofrecía el grado en diseño de moda pero con la fusión ha ampliado su oferta a grados de diseño gráfico, producto e interiores. “Aunque la mayoría del alumnado cursa moda, el objetivo a medio plazo es que las cuatro ramas tengan la misma importancia”, apunta la directora.
A Viudas no le preocupa que su socio no conozca la moda europea. La directora está convencida de que la fusión mejorará la oferta formativa y tecnológica del centro sin perder la esencia de 1928.
Viudas señala que el salto internacional ha sido “un paso necesario y natural para la escuela”. La directora llegó en el 2004 para reflotar el negocio, cuando pasaba por un período de pérdidas. Tras cinco años de esfuerzos, consiguió iniciar una etapa de crecimiento que “debía hacerse con un socio internacional”. Ahora este socio internacional le ha encomendado la labor de liderar la expansión en Europa prácticamente desde cero.
Viudas está entusiasmada ante el nuevo reto profesional. “El proyecto crece a un ritmo frenético y la jornada laboral es larguísima pero mi carrera siempre ha estado marcada por la presión y la responsabilidad”, apunta.
Sílvia se estrenó en el sector de la auditoría en el 1995, después de licenciarse en Administración y Dirección de Empresas en la Universitat de Barcelona.
“Aunque la etapa fue breve, aprendí la mayoría de técnicas que utilizo hoy en mi negocio: en la auditoría aprendes a mandar porque allí eres “un mandado”, comenta riéndose. Además, añade que de aquellos años se lleva el trabajo en equipo y la experiencia de conocer empresas de ámbitos muy distintos. Sílvia dejó el sector de la auditoría al cabo de tres años porque quería formar parte de una compañía y “no ser su supervisora”.
En el 1998, se estrenó en el ámbito de la formación como directora de organización en el Open English Master Spain. Más tarde, en el 2000, ocupó el cargo de directora financiera en el Instituto Superior de Marketing y en el 2004 entró en el accionariado de Felicidad Duce comprando el 50% de la escuela al socio principal.
Viudas lleva 18 años ocupando cargos de dirección y la clave de su éxito, dice, es “rehusar el enfrentamiento y convencer con argumentos”. Aun así, Sílvia considera la dirección un cargo muy solitario y, por eso, comenta que “siempre ha necesitado un socio para tomar las decisiones principales”.
Pero si algo enorgullece a Sílvia es su capacidad de dedicación al negocio: “sin esfuerzo no estaría donde estoy”, apunta. De hecho, fue madre a los 41 años. Así, ha seguido formándose, con un máster de Dirección Financiera en Esade, y un MBA en Esic. Tampoco ha dejado de lado su pasión por viajar, que le ha llevado a lugares como Mongolia, Uganda, Siria o Birmania. De ahí, su reto por internacionalizar Felicidad Duce y ofrecer a los alumnos la posibilidad de estudiar en los diferentes campus de LCI Education en el mundo.
Viudas cree que la fusión de Felicidad Duce con LCI mejorará la oferta formativa sin perder la esencia de 1928