La CUP reafirma su veto a Mas pero seguirá negociando
El rechazo de los anticapitalistas acerca la posibilidad de nuevas elecciones
No ha habido fumata blanca. Ni se esperaba que la hubiera. Pero en la jornada de debate nacional que la CUP celebró ayer en Manresa cuando menos sí hubo una advertencia coreada a gritos por su militancia: “Alerta Convergència, se nos acaba la paciencia”. Una jornada que la CUP había planteado en un primer momento como mera sesión informativa sobre el estado de las negociaciones con Junts pel Sí, pero que desembocó en votaciones. Así, los 1.254 asistentes al cónclave de ayer de la izquierda alternativa independentista votaron la línea que seguiran sus representantes en estas complicadas conversaciones, y de los cuatro escenarios que la organización presentó, el primero, el de intentar cerrar un acuerdo con la coalición entre CDC y ERC con una presidencia de la Generalitat diferente a la de Artur Mas, fue el ganador, con 823 votos.
Por detrás quedó concurrir a elecciones anticipadas al Parlament, con 574 votos a favor. La opción de “taparse la nariz”, en terminología cupera, e investir a Mas presidente sólo la votaron 434 personas en el pabellón del Nou Congost de Manresa, donde se celebró el debate. La cuarta y última opción apostaba por esperar a que se celebraran las elecciones generales del 20-D en previsión de un escenario político más favorable para la autodeterminación.
La situación sigue siendo, por lo tanto, la misma que anteayer. Dos posiciones, la de Junts pel Sí y la de la CUP, enrocadas en el candidato a la presidencia, difíciles con respecto al cumplimiento de la declaración de inicio del proceso de independencia aprobado el 9 de noviembre, y de tira y afloja con respecto al plan de choque social. La autodenominada jornada de debate pareció más una terapia de grupo que un acto de replanteamiento de las posiciones negociadoras por parte de los cuperos, a pesar del clima enrarecido y previamente calentado por comunicados y contracomunicados de los partidarios de investir o no Mas.
La última palabra la tendrá una nueva asamblea nacional que tiene muchos números, según fuentes de la CUP, de celebrarse el 27 de diciembre. Esta asamblea, a quince días de la fecha límite para elegir presidente de la Generalitat, será plenamente decisoria.
Que Mas sigue siendo rechazado por la izquierda independentista radical lo dejó claro el diputado de la CUP, Benet Salellas, que volvió a tomar el protagonismo. Salellas anunció que después de casi nueve horas de discusiones el espacio que más adhesiones había suscitado en la CUP “es el que sigue hablando de ruptura, plan de choque, proceso constituyente y una presidencia alternativa a Artur Mas”.
“Mas dice que ellos se han movido mucho y nosotros nada. Si ellos proponían como candidato a Artur Mas el 27 de septiembre y hoy siguen proponiendo a Mas como candidato a la presidencia, no vemos exactamente en qué punto se han movido”, remachó el diputado cupero. Salellas aseguró además que la CUP “no ha dejado de moverse, proponiendo hasta cinco soluciones diferentes de modelo de presidencia”. En este sentido, de hecho, la última de las propuestas que trascendió fue la de nombrar al presidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional, Carles Viver Pi-Sunyer, como presidente de la Generalitat. Escenario que el propio Artur Mas rechazó el 3 de noviembre en una discreta reunión en el Palau de la Generalitat con los cuperos.
También tomó la palabra la diputada de la CUP Anna Gabriel, que recogió el mandato de los congregados en Manresa: “Nuestra gente nos pide que pasemos a la ofensiva, que apretemos el acelerador, que pidamos respuestas concretas a necesidades concretas”. Para Gabriel, los comicios del 27-S eran plebiscitarios y constituyentes, “por lo tanto queremos el qué, el cómo, el cuándo y el quién a la altura de las circunstancias”. Por todo eso, invitó a Junts pel Sí a negociar y aceptar “los mínimos que requiere el país”, a cambio del compromiso de no poner sobre la mesa las condiciones programáticas de los antisistema.
Y al final la cupera lanzó una advertencia a CDC y ERC: “Se ha acabado el relato de que la CUP impone, que hace chantaje, que se enroca. La CUP anuncia que seguirá trabajando, pero queremos que paren las privatizaciones, que retiren los recortes y un compromiso firme e ineludible de cumplir la declaración” de ruptura con el Estado aprobada en el Parlament. “Si las elecciones se acaban convocando será porque Junts pel Sí no ha querido mover la ficha que la gente le pide que mueva”, concluyó.
El exdiputado de la CUP, David Fernàndez, reapareció en el acto de ayer para dejar constancia de que su formación “nunca ha sido partidaria de firmar cheques en blanco”. Fernàndez resaltó a su vez que la disyuntiva no está en “Mas o marzo” –fecha de unas eventuales elecciones catalanas anticipadas–, pero admitió que hay una negociación “contra reloj y parece que el tiempo se acaba”. Según el exdiputado, “hemos venido a ganar y no fallaremos nunca a la libertad política de nuestro pueblo, a la justicia social y a la ruptura democrática”.
Los cuperos prevén una asamblea nacional para el 27 de diciembre, con principio de acuerdo con Junts pel Sí o sin él