Sostener y no enmendar
El programa electoral para el 20-D no incorpora ni un solo guiño a Catalunya
El programa electoral del Partido Popular no ofrece más solución para Catalunya que la “defensa a ultranza” de la Constitución.
Ni reforma constitucional ni un guiño a Catalunya. El programa electoral del PP sólo ofrece la Constitución y su “defensa a ultranza”, como dijo ayer la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, durante la presentación del bloque “La España que queremos” de la oferta programática del PP, en compañía de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, del ministro de Justicia, Rafael Catalá, y de la vicesecretaria de estudios y programas, Andrea Levy.
La Constitución como único método para acabar con el proceso soberanista, y el Estado de las autonomías como la mejor forma de organización territorial. El programa ignora la posibilidad de reforma constitucional, amparándose en la falta de consenso entre los partidos. El programa del PP habla, en cambio, de una reforma institucional, con cambios en el funcionamiento del Congreso y Senado, para hacerlos más cercanos y reforzar el carácter territorial de la Cámara Alta, y con una reforma de la ley electoral para que gobierne la lista ganadora.
El proceso soberanista en Catalunya inspira toda la propuesta territorial y, aunque no la cita explícitamente por su nombre, sí habla del proceso iniciado por partidos independentistas “para subvertir los fundamentos de nuestra democracia, violentando los derechos de los españoles”. Y el programa avala la respuesta de Rajoy a ese desafío: “La respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy ha sido aplicar toda la fortaleza del Estado de derecho que garantiza que todos los ciudadanos somos libres e iguales en derechos y obligaciones”, haciendo del PP el garante de que “ni España ni la soberanía nacional van a ser troceadas”. Y el Gobierno está dispuesto a “aplicar todos los mecanismos que la Constitución habilita para plantar cara a los que quieren que una parte de España deje de serlo”. El programa garantiza “una oferta de servicios públicos esenciales igual para todos los españoles” y cita “un marco de financiación suficiente”. Entre sus propuestas, potencia la conferencia de presidentes autonómicos e incorpora a la ley que regula el uso de la bandera española mecanismos jurídicos “que garanticen su estricto cumplimiento”.
El PP se compromete, por otro lado, a formar gobierno sólo si es la candidatura más votada, y traslada esto a los ayuntamientos con una reforma de la ley electoral que da una prima de gobernabilidad al ganador siempre que lo haga a gran distancia, sin fijar números, y prevé una segunda vuelta “si no hay claro ganador”.
El programa incluye un apartado sobre regeneración democrática y corrupción que, según dijo Andrea Levy, “es ya cosa del pasado”. No hace referencia a ningún caso concreto, sino a “los casos de corrupción que España ha venido arrastrando”, ni entona ningún mea culpa, pero sí se cree víctima de “una panda de sinvergüenzas”, como dijo Cospedal. El PP se siente orgulloso de las medidas adoptadas en esta legislatura tendentes a garantizar que “quien la hace la paga” y se compromete a suscribir un compromiso que les obligue a dimitir si son encausados en casos de corrupción cuando se abra el juicio oral.
Los populares descartan la reforma constitucional y sólo prevén cambios institucionales