La paradoja del gol
Vardy, Lukaku, Ighalo y Kane, máximos goleadores sin vestir camiseta Champions
“The pest are the best”. La traducción literal a este titular del
The Guardian en honor a Jamie Vardy –“los apestados son los mejores”– resume a la perfección la paradoja que se está cumpliendo en la Premier League. Apestado es aquel que es rechazado o marginado por la mayoría. Desplazado. Descartado. Al ariete del Leicester le rompieron el sueño de triunfar en su Sheffield Wednesday por ser bajito y enclenque. Tenía 16 años. Romelu Lukaku nunca encajó en la filosofía blue de José Mourinho, que haciéndole el vacío logró deshacerse de él. Odion Ighalo nunca fue querido en el Udinese, club que lo compró para luego cederlo una y otra vez durante cinco años. Harry Kane tiene el estigma del one-hit wonder. Como aquél cantante que sólo es conocido por un single, al delantero del Tottenham le persigue la losa de una temporada 2014-15 insuperable. Estos cuatro pest son hoy los cuatro best de la Premier. Máximos goleadores sin vestir una zamarra de un equipo Champions.
Once goles en once partidos consecutivos. Ese es el récord firmado por Vardy. Una marca que le lleva directo a los libros de historia futbolística, desterrando a Ruud van Nistelrooy (10). Con sus botas de oro diseñadas para la ocasión, Jamie encontró su undécima diana ante el Manchester United de Van Gaal, sellando así su propio cuento de Cenicienta. Caprichos del destino, fue precisamente ante los red devils cuando por primera vez el nombre de
este extrabajador de fábrica de Sheffield traspasaba fronteras. Fue el 21 de septiembre del 2014, con una cresta mohicana, cuando provocó dos penaltis y marcó un gol en una tremenda remontada de los zorros ante el United de Di María y Falcao (5-3). También en
el King Power Stadium, su casa, el jugador de 28 años gritó el pasado sábado con orgullo: “Soy el elegido”. Con 14 goles en 14 jornadas, no le falta razón.
Con sus 191 centímetros de estatura y 94 kilos de peso, Lukaku aprovecha su físico para asustar a
los rivales, a los que avisa con semejante amenaza: “Si me llega el balón y empiezo a correr, apártate de mi camino o acabarás en el suelo”. Diez goles y cuatro asistencias en lo que va de temporada prueban que su decisión de dejar el Chelsea por el Everton hace dos años fue la correcta. Con 22 primaveras, el jugador de Amberes está viviendo un otoño de explosión, pues a estas alturas de competición doméstica lleva los mismos tantos que en toda la temporada anterior. Contratando a Mino Raiola como agente, las intenciones del belga no parecen quedarse en Liverpool por mucho tiempo, algo a lo que los toffees están acostumbrados. “Ighalo, Oh! Always believe in your soul! You’ve got the power to know, you’re indistructable! Always believe in... Ighalo! Oh!”. A ritmo de la icónica Gold de Spandau Ballet, Odion Ighalo vive un romance con la afición del Watford. Los recién ascendidos tienen esta serenata lista cada vez que el delantero nigeriano encuentra portería. Ocho han sido las ocasiones en las que el ex del Granada ha oído este año que es indestructible. Y tanto le miman, que el jugador ya sabe al dedillo la letra de su canción. Por avispado, astuto y atrevido, Ighalo enamora por lo inesperado.
El caso de Kane es el menos imprevisible. De él se espera todo y más. No solo que lidere al Tottenham si no que también sea la cabeza y bota visible de Inglaterra. Al de Londres, sin embargo, siempre le rodea la duda. “Créeme, he visto al chaval desde que era crío y no tiene nada”, espetaba un aficionado de los Spurs en marzo cuando Harry se difuminaba en la final de la Capital One Cup que se llevó el Chelsea. Ayer, ante los blues, Kane probó acrobacias varias pero el resultado fue un soporífero 0-0. Eso sí, el delantero puede presumir de ser parte (con sus ocho tantos este curso) de un récord: los de Pochettino llevan invictos 13 jornadas, la racha más larga de su historia.