LA CUMBRE DE LA VERDAD
Tras los últimos informes científicos absolutamente alarmantes sobre el calentamiento globla, París acoge desde hoy hasta el 11 de diciembre la Conferencia de las Partes (COP) número 21 sobre el cambio climático
Tras cada Conferencia por el Clima ha predominado la desazón y el desánimo. En la COP 21 de París se ha puesto mucha esperanza y expectación
París acoge del 30 de noviembre al 11 de diciembre la Conferencia de las Partes (COP) número 21. La COP es el órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), tratado internacional firmado por 195 estados surgido de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992 (la Cumbre de Río) y de los firmantes del Protocolo de Kyoto, establecido en la COP 3 el 1997.
Tal vez porque se celebran cada año, no todas han tenido la misma transcendencia o significación. Las más relevantes quizá sean la COP 3, en que 38 países industrializados se comprometieron con la firma del protocolo de Kyoto a reducir hasta el 2012 el 5% de sus emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a las de 1990, la fracasada COP 15, celebrada en 2009 en Copenhague, donde se llegó únicamente a una declaración de intenciones, o la COP 18, la de Doha, en que se prorrogó el pro- tocolo de Kyoto pero con la renuncia de Rusia, Japón o Canadá. Tras cada Conferencia, la sensación predominante ha sido la desazón y el desánimo, por eso, en la COP 21, después de los últimos informes de la IPCC, absolutamente alarmantes, se ha puesto tanta esperanza y expectación.
ACUERDOS 'URBI ET ORBI'
¿Qué tienen que decidir los reunidos en París? Sencillamente, llegar a acuerdos globales urbi et orbi para reducir las emisiones de los gases que están produciendo el calentamiento global del planeta. Llegar a acuerdos debería ser sencillo, a tenor de lo que está en juego, según predicen los modelos climáticos, que nos advierten de los riesgos de superar los 2 ºC de temperatura en los próximos decenios. Los resultados de las investigaciones científicas son contundentes y robustos al respecto, hasta el Papa Francisco ha instado a un golpe de timón, un cambio de rumbo. Entonces ¿habrá un acuerdo en París?
Hoy por hoy se antoja difícil que las energías renovables puedan substituir a las fósiles en el contexto de crecimiento económico como el actual
En una tertulia reciente organizada por el Col·legi d’Ambientòlegs, el profesor de la UPC Xavier Xercavins predijo que en París no habrá acuerdo o un gran acuerdo que pueda garantizar la no superación del límite de 2 ºC de aumento de las temperaturas, aunque, si uno quiere ser optimista, puede, hay un destello de esperanza: por primera vez habrá un cambio en la metodología de las negociaciones, y eso de por sí ya es un acuerdo, que consiste en que los países, cada uno por separado, presentan sus propuestas de reducción de emisiones (las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional). No obstante, todo parece indicar que con esas propuestas se rebasaría el mencionado límite de 2 ºC.
ESPAÑA, DOS VERTIENTES
El mundo sigue dependiendo de los combustibles fósiles, pues más del 80% de la energía consumida tiene esa procedencia. Los países emergentes no pueden crecer sin ellos o fundamentándose exclusivamente en energías renovables. Un ejemplo es China, cuyo gigantesco crecimiento comporta un aumento constante de emisiones que todavía no han tocado techo y al mismo tiempo es líder en la implantación de energías renovables. Otro ejemplo es España, que tuvo un incremento de emisiones, en coincidencia con su boom inmobiliario, enorme, vinculado con un cambio en los usos del suelo también sin precedentes y al mismo tiempo es uno de los países punteros en energía eólica. Hoy por hoy, por tanto, se antoja difícil que las energías renovables puedan substituir a las energías fósiles y más en contextos de crecimiento económico tal como está planteado.