Un nuevo Acuerdo, ambicioso y global
El año 2015 está siendo clave en la lucha contra el cambio climático, con una movilización sin precedentes de los gobiernos, las empresas de todos los sectores, el mundo financiero, la sociedad civil, los líderes religiosos, entre otros muchos actores, para conseguir que la Cumbre del Clima de París (COP21) sea un éxito.
En París tenemos la responsabilidad de establecer una hoja de ruta hacia un nuevo modelo de desarrollo, hacia un mundo con menos pobreza, más sostenible, y bajo en emisiones de gases de efecto invernadero. La tarea es ingente pero la respuesta no puede esperar, tenemos que adoptar un nuevo Acuerdo ambicioso y global de lucha contra el cambio climático que, a partir de 2020, responda al principal reto medioambiental al que se enfrentan nuestras sociedades y nuestras economías.
España ha apoyado de manera activa el proceso de negociación internacional que se ha llevado a cabo en los últimos años, respondiendo así a lo que nos dice la ciencia de manera clara y contundente. El Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), afirma que el cambio climático es inequívoco y es extremadamente probable, que la influencia humana constituya la causa dominante del cambio climático desde mediados del siglo veinte.
CAMBIO DOMÉSTICO
Pero, además, hemos transformado la política de lucha contra el cambio climático a nivel doméstico, poniendo en marcha actuaciones para la reducción efectiva de emisiones de gases de efecto invernadero en España que, al mismo tiempo, generan actividad económica baja en carbono y empleo de calidad, acercando medio ambiente y soluciones empresariales.
Para ello, hemos desarrollado proyectos innovadores con iniciativas como los Proyectos Clima, para ayudar a empresas o instituciones españolas a reducir sus emisiones en España y promover la creación de empleo de calidad. O los Planes de Impulso al Medio Ambiente (PIMAs) que incentivan la actividad económica baja en carbono en distintos sectores potencialmente contaminantes mediante la movilización de inversiones privadas.
También hemos puesto en marcha una Hoja de Ruta en sectores difusos a 2020, que contiene un conjunto de medidas para reducir las emisiones en sectores como la vivienda, el transporte o los residuos o el Registro Nacional de Huella de Carbono. Este último es una iniciativa pionera que permite dar visibilidad a los esfuerzos de las organizaciones para reducir su huella y compensarla con proyectos de absorción de carbono en nuestro territorio, otorgando un valor económico añadido a nuestros ecosistemas forestales.
AVANCES
Pero, además, en el ámbito de la adaptación al cambio climático, hemos avanzado en la investigación de los impactos del cambio climático, a la vez que se ha establecido, por primera vez, dentro de la Ley de Costas, la obligación de impulsar una Estrategia de adaptación de la costa frente al cambio climático, que está a punto de aprobarse. Por otro lado, hemos puesto en marcha proyectos de adaptación al cambio climático, a través del PIMA Adapta con actuaciones en la costa y otros sectores vulnerables.
La Unión Europea y España van a París mostrando el liderazgo que les caracteriza y con la legitimación de haber cumplido con el Protocolo de Kioto y de estar aplicando políticas de lucha contra el cambio climático desde hace ya dos décadas. España, junto al resto de los Estados Miembros de la UE, se ha comprometido a una reducción de las emisiones europeas de, al menos, un 40% en 2030 respecto a los niveles de 1990, una de las contribuciones más ambiciosas al Acuerdo de París.
El reto es importante pero estamos totalmente convencidos de que es un paso en la dirección adecuada al que la comunidad internacional tiene que responder.
Ayudamos a empresas o instituciones españolas a reducir sus emisiones y promover la creación de empleo de calidad En París tenemos la responsabilidad de establecer una hoja de ruta hacia un nuevo modelo de desarrollo, hacia un mundo con menos pobreza, más sostenible...