La Vanguardia

Lecturas para románticos

Un vecino de Sant Joan de les Abadesses edita un libro con las cartas de amor que ha recibido durante dos años para un concurso

- SÍLVIA OLLER Sant Joan de les Abadesses

Al empezar mi escrito, me emociono imaginando el momento en el que recibirás este papel arrugado y recogerás mis besos de tinta”. Con estas palabras comenzaba Joan, un joven de Sant Joan de les Abadesses, soldado en la batalla del Ebro, su última carta escrita en campaña a su amada Dolors. “No sufras por mí porque no corro ningún peligro; incluso a veces me aburro”, proseguía en su misiva, intentando quitar hierro a la situación bélica y no preocupar más de la cuenta a la mujer con quien soñaba casarse cuando acabara la guerra.

Pero Dolors no recibió la carta de Joan, fechada el 5 de agosto de 1938, hasta 22 años después, cuando un buen amigo y compañero de filas se la mandó por correo. “Joan la llevaba en el bolsillo interior del uniforme cuando las bombas rompieron el silencio de aquél fatídico atardecer de agosto”, le escribía este amigo dos décadas después de su fallecimie­nto. Durante años, guardó esa carta como “un tesoro” intentando localizar a la destinatar­ia, que aunque tarde, recibió la misiva de su amado.

Emotivas letras como esta forman parte del libro Cartes d’amor, impulsado por Jose Alguacil, un vecino de Sant Joan de les Abadesses que se autodefine como un romántico y nostálgico empedernid­o. Solo de alguien así podía surgir la idea de crear un concurso de cartas de amor, que en las dos ediciones celebradas ha recibido unas 320 misivas, la mayoría del área de Barcelona y la comarca del Ripollès, pero también de otros rincones de Catalunya, el País Valenciano, las Baleares o incluso de localidade­s más lejanas como Colonia o Londres. Epístolas escritas en circunstan­cias muy diversas –algunas durante la Guerra Civil, otras en el exilio, en un sanatorio o en el vagón de un tren camino al trabajo– y del puño y letra de remitentes de lo más variado: amantes, novios, parejas rotas, un compañero infiel, una mujer maltratada, otra “felizmente” casada y con hijos que se ha enamorado del vecino e incluso de una bisabuela de 90 años para su biznieto de dos…

El libro reúne una selección de estas misivas, entre ellas las ganadoras de las dos ediciones del concurso, que Jose impulsó hace tres años harto de recibir sólo cartas de bancos, propaganda o recibos de la luz, el gas o el agua en su buzón. Su intención no era otra que la de recuperar sensacione­s que las nuevas tecnología­s parecían haberse extinguido como “los nervios de

La publicació­n reúne misivas de amantes, novios, parejas rotas e incluso de una mujer maltratada

esperar al cartero, de oler el papel escrito a mano…”. Una iniciativa que pronto podría extrapolar­se a la ciudad italiana de Pistoia, población cercana a Florencia, en la región de la Toscana. “Es una posibilida­d. Nos gustaría contagiar esa ilusión por el amor”, afirma Alguacil, que está dispuesto a convertir su municipio en capital mundial del amor. Tras los concursos, la edición del libro, la propuesta de exportar la idea a Italia, quiere crear un mapa turístico de los lugares más románticos de su pueblo.

Ideas no le faltan a este hombre, que ronda los 40, y que se emociona con facilidad cuando lee cartas de amor. “Las redes sociales como el Facebook o Whatsapp son herramient­as buenas para trabajar o hacer publicidad de uno mismo, pero nada recomendab­les para plasmar en ellas tus sentimient­os; el papel es el canal natural para hacerlo”, afirma este soñador, que echa en falta la nostalgia de la espera del cartero.

 ?? PERE DURAN ?? El impulsor del certamen de cartas de amor, Jose Alguacil, leyendo las misivas que han participad­o en los dos concursos celebrados
PERE DURAN El impulsor del certamen de cartas de amor, Jose Alguacil, leyendo las misivas que han participad­o en los dos concursos celebrados

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