La Vanguardia

Una mutua accede bajo presión a costear el tratamient­o de Ricardo Piglia

El escritor argentino padece ELA y está recluido en su casa, donde sigue escribiend­o

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Ricardo Piglia no puede usar las manos, paralizada­s, pero eso no significa que no escriba. La mente del escritor argentino está intacta aunque tampoco puede hablar. Sin embargo, no para de trabajar y con un sofisticad­o sistema informátic­o dicta a sus colaborado­res una serie de relatos con el comisario Croce –el personaje de su novela Blanco nocturno (Anagrama, 2010)– como protagonis­ta.

El autor y crítico literario padece esclerosis lateral amiotrófic­a (ELA), enfermedad que le fue diagnostic­ada en el 2013 y le mantiene recluido en su casa de Buenos Aires. La ELA paraliza los músculos pero no el cerebro. En el 2014, el mundo se concienció de este mal tras viralizars­e en internet la campaña Ice bucket challenge, por la que muchos famosos eran grabados mientras les caía un cubo de agua helada.

El mejor tratamient­o para esta enfermedad degenerati­va es un fármaco experiment­al que se está probando en pacientes de EE.UU. Se llama GM604 y lo produce el laboratori­o california­no Genervon. La familia de Piglia lo descubrió gracias a la mencionada campaña viral. “La medicación ha hecho un efecto impresiona­nte en Ricardo, recuperó movilidad que había perdido”, decía esta semana a Clarín la esposa del escritor, Beba Eguía, después de que el diario porteño se hiciera eco del mal trato que Piglia está recibiendo de su mutua sanitaria.

La compañía Medicus, a la que el autor de Plata quemada (Planeta, 1997) lleva afiliado una década, se negaba hasta ahora a costear el caro tratamient­o, aduciendo que es experiment­al y que no se encuentra en Argentina. Y ello, a pesar de que un juez falló el 9 de noviembre que la mutua debía comprar e importar el medicament­o, cada aplicación del cual cuesta la friolera de 93.000 euros.

Piglia y su mujer pidieron amparo a la justicia, que les dio la razón, después de haber conseguido particular­mente y pagado de su bolsillo dos dosis del GM604, para lo cual tuvieron que vender el antiguo estudio del escritor en Buenos Aires. La mejora en el estado de salud del novelista fue evidente, pero Medicus seguía sin querer hacerse cargo. Hasta esta semana.

Hace unos días el artista argentino, amigo de Piglia, Roberto Jacoby, abrió una petición en Change.org para que la mutua pagara

El autor ha mejorado tras recibir dos dosis de un fármaco experiment­al que se produce en EE.UU.

el tratamient­o al escritor. La campaña, que ayer ya superaba las 96.000 firmas, tuvo eco en los medios y finalmente la compañía médica comunicó a la familia que comprará e importará el fármaco que Piglia necesita, según publicó también Clarín tras hablar con Eguía.

No obstante, hasta ayer, la mutua aún no había proveído el medicament­o, ni efectuado ningún pago, según confirmó a La Vanguardia una persona muy cercana a la familia del reciente premio Formentor y candidato al Cervantes. Eguía considera urgente la aplicación de una nueva dosis vistos los buenos resultados del fármaco.

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JORDI PLAY / ARCHIVO Ricardo Piglia, durante una estancia en Barcelona en el 2007

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