El recital de Iniesta
El Barcelona salió a por todas para sentenciar la eliminatoria y no dejar nada para el día siguiente. Delante, un Espanyol convencido de sus posibilidades consiguió que el partido se desarrollara en la primera mitad con el guión que más le interesaba, pero aun así los astros azulgrana, hipermotivados, las expulsiones y las lesiones tuvieron la última palabra.
La frescura de Galca. Una de las cosas que llaman la atención de este Espanyol es esa manera de moverse en el campo, con una frescura y coordinación que parece mentira provengan de un entrenador que apenas lleva dos semanas con el equipo. Porque por la forma con que los jugadores se ayudan entre ellos, por la manera en que el centro del campo se ordena y reordena con la colaboración de los puntas parece que llevasen toda una pretemporada trabajando con el rumano. Y eso es lo mejor que se puede decir de un equipo y desde luego de un entrenador. Ayer el Espanyol exigió la mejor versión de todos los jugadores azulgrana y no sólo la mejor versión técnica sino incluso en intensidad. Hasta el punto que los azulgrana cometieron hasta siete faltas en la primera mitad, una cifra que en muchas ocasiones no alcanzan en 90 minutos. Lástima que dos jugadores claves en este equipo como Caicedo y Asensio no pudieran iniciar la segunda mitad.
Alternar la presión. Una de las cosas que me asombran y me entristecen es ver como muchos entrenadores plantean una manera única de jugarle al Barcelona. Si jugaran presionando arriba o bien le esperaran en su campo. Sin entender que cuantos más minutos juegues de una manera al Barcelona antes encontrará la solución. El Espanyol supo alternar con valentía el esperar atrás con el presionar arriba cuando el Barcelona se adueñaba del partido.
Sir Iniesta. Hablando del partido de Liga comenté que la mejor manera de enfrentarse a un equipo terriblemente dinámico defensivamente son los uno contra uno. Iniesta lo intentó tímidamente en Cornellà pero ayer dio un recital. Cuando un equipo es dinámico y junta las líneas será muy eficaz tapando las líneas de pase. Y entonces la mejor alternativa es el uno contra uno, pero no puede ser uno contra uno cualquiera. Ha de ser un uno contra uno tipo Iniesta. Fíjense la comparativa entre él y Neymar. El astro brasileño estuvo
Juega como una gallina, siempre con la cabeza levantada, moviéndola de un lado a otro
hiperactivo desde el primer minuto. Probó los uno contra uno pero en muchas ocasiones acababa bajando la cabeza y con ello perdiendo cualquier perspectiva del terreno de juego. En cambio el canterano dio un recital de jugar con la cabeza alta y a su vez realizar uno contra uno. Pero eso sólo lo pueden hacer en el mundo cuatro o cinco jugadores, les recomiendo que no lo prueben. Recuerdo que en un artículo hace años señalé el parecido de Iniesta con la manera de comportarse de una gallina. Es decir siempre la cabeza levantada, moviéndola de un lado a otro para escanear tanto las posibilidades de pase como de qué manera salirse de la presión, pero todo antes de recibir la pelota. Ayer fue sin duda la gallina de los huevos de oro.