Zapatos libres de químicos
La barcelonesa Grotesque Shoes vende la mitad de su producción en el exterior
El diseñador holandés Geert Slaats, creador de firmas de calzado como Rockport y Yellow Cab NY, fundó Grotesque en Barcelona en el año 2006. Se trataba de crear una firma de zapatos exclusivos para hombre y mujer, y un año más tarde, Eva Bozilovic, de origen serbio y afincada en la capital catalana desde hace 10 años, se sumó al proyecto.
“Vimos que en el mercado había un hueco para los zapatos ecológicos, libres de químicos, y que al mismo tiempo tuvieran un gran componente de diseño. En esa sintonía empezamos a diseñar modelos atrevidos inspirados en y por Barcelona”, explica Bozilovic.
En el 2011 abrieron su primera tienda propia en Holanda, en la ciudad de Hertogenbosch, en el 2012 abrieron su segundo comercio en el barrio del Raval de Barcelona, y en el 2013 abrieron en Munich (Alemania). Paralelamente, crearon una red comercial para vender también en tiendas multimarca.
Diseñadas en Barcelona, donde tienen su sede, los zapatos se fabrican en talleres de Alicante y en Oporto (Portugal), y utilizan piel de origen italiano que ha sido tratada con productos vegetales. “Es lo primero que contamos a todas las personas que entran en nuestras tiendas, que son zapatos ecológicos, que no contienen productos químicos”, asegura Bozilovic.
La asistencia a las principales ferias de moda les ha permitido abrirse mercado en el exterior y hoy la cifra de exportación ya representa el 50%. Además de las tres tiendas propias, los zapatos de Grotesque se venden en tiendas multimarca de Japón, Nueva Zelanda, Australia, Italia, Dinamarca o Portugal, y están en negociaciones para vender también en tiendas de Hong Kong y China.
Grotesque trabaja sus propios diseños, sacan unos 40 modelos nuevos en cada colección y les gusta mezclar diferentes tipos de materiales en un mismo zapato. “También escuchamos mucho a los clientes y lo que necesitan y lo intentamos plasmar en los diseños”, apunta Bozilovic. Producen unos 20.000 pares de zapatos por colección, y todos, con “acabados y detalles manuales”, puntualiza, además de las series limitadas.
Desde Barcelona también diseñamos los modelos que vendemos en Alemania y Holanda, y que son diferentes, por el clima, otros colores e incluso la fisonomía del pie”, explica Bozilovic. Con una plantilla de 10 personas, los zapatos también se pueden comprar a través de internet, y los dos socios ya piensan en ampliar su oferta a bolsos y otros accesorios. “Ya estamos mirando para abrir una segunda tienda en Barcelona”, comenta la socia.
La originalidad de Grotesque la ha convertido en una de las firmas que Barcelona Centre de Disseny ha llevado a la última feria del sector en Honk Kong.
La empresa, a medio camino entre Barcelona y Holanda, fabrica en Alicante y en Oporto