Fallido intento de Mas de un Govern de coalición en funciones
ERC rechaza la propuesta, que califica de “fraude democrático” JxSí y la CUP se resisten a admitir que su negociación no tiene salida
Nadie quiere ser el primero en levantarse de la mesa. Ésta es la conclusión de la nueva reunión que ayer por la tarde mantuvieron Junts pel Sí y la CUP en un último intento por desencallar la investidura de Artur Mas. Una reunión que, después de unas tres horas, acabó sin acuerdo, pero con la idea de que la negociación pueda prolongarse durante el día de hoy. El encuentro, rodeado del máximo secretismo, se desarrolló en el Hotel Ayre de la calle Rosselló de Barcelona entre los negociadores de Junts pel Sí –encabezados por Raül Romeva, Josep Rull, Jordi Turull y Marta Rovira– y los de la CUP –con Anna Gabriel, Albert Botran y Eulàlia Reguant al frente– y contó con la presencia de representantes de la entidades soberanistas –Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y Associació de Municipis per a la
NEGOCIACIÓN La decisiva reunión del bloque soberanista mantiene el desacuerdo y puede continuar hoy DES MARQUE Junqueras se desmarca de la idea de Mas sobre el Govern y ERC la ve un “fraude democrático”
Independència (AMI)–, que son las que lo habían propiciado.
El mismo secretismo se mantuvo, una vez finalizada la reunión, sobre su contenido. Las posiciones irreconciliables de las dos partes –una manteniendo a Artur Mas como su candidato y otra negándose a investirle– continuaron, con la impresión, no obstante, de que unos y otros tenían intención de no levantarse de la mesa de negociación hasta agotar el tiempo para evitar ser responsabilizados del fracaso de las conversaciones. “No nos hemos levantado nunca de la mesa”, se limitaron a señalar, por ejemplo, fuentes de la CUP, que aseguraron que “continúan trabajando”, aunque precisaron que hoy no se volverán a reunir “a no ser que nos convoquen”.
Más allá del nuevo fiasco por pactar la investidura con la CUP, la batalla dentro de Junts pel Sí también ha arrancado y todos los actores, de forma más soterrada o más diáfana, han empezado a tomar posiciones. En las últimas horas, la presión sobre Artur Mas para que dé un paso atrás se ha intensificado desde el entorno de ERC, de manera que cada vez son más las voces de dirigentes y cuadros que se oyen en este sentido, a pesar de que la posición oficial del partido sigue siendo la de cerrar filas. Hasta el extremo de que una organización como Súmate, por ejemplo, en la órbita de Oriol Junqueras, rompió ayer mismo la unidad de acción de Junts pel Sí y propuso públicamente una alternati-
va del agrado de la CUP: Neus Munté presidenta y Artur Mas conseller en cap. Idea que la vicepresidenta del Govern se apresuró a rechazar.
En la reunión del grupo de Junts pel Sí en el Parlament, mantenida por la mañana, nadie planteó abiertamente, sin embargo, la cuestión. La posibilidad de un gesto por parte del líder CDC planeó, de todos modos, sobre el debate, pero ninguno de los intervinientes lo explicitó y en todo momento se dejó claro que, si acaso, la iniciativa estaba exclusivamente en manos del propio presidente de la Generalitat.
Lo que sí hizo Artur Mas en esta sesión fue proponer a ERC la formación de un Govern de Junts pel Sí, aunque no hubiera acuerdo con la CUP, tal como lo tenía previsto inicialmente la coalición. Es decir, un gabinete con miembros de CDC, ERC e independientes que duraría exclusivamente hasta las nuevas elecciones –o lo que es lo mismo, que se limitaría a estar un par de meses en funciones–, pero que permitiría visualizar que, a pesar de las dificultades, la unidad del independentismo se mantiene y que sería el que, a fin de cuentas, se sometería al escrutinio de las urnas. El cambio del Govern se produciría el lunes, después de la firma del decreto de convocatoria de los nuevos comicios.
Oriol Junqueras se desmarcó rápidamente de una propuesta que en medios de ERC se considera que no obedece a nada ni tiene ningún fundamento al no haberse producido la investidura. Fuentes de la formación republicana, de hecho, la rechazan taxativamente y creen que sería un “fraude democrático”. El mismo presidente de ERC afirmó a La Vanguardia que la propuesta le parece “ilógica” y “carece de sentido formar un Govern de tan sólo seis semanas”. La iniciativa de Artur Mas persigue, obviamente, repetir la candidatura de Junts pel Sí ante la nueva cita con las urnas y su puesta en escena de ayer fue, de hecho, la primera acción de presión sobre ERC, que esta vez no tiene intención de repetir la coalición.
Una presión, en la práctica, en doble dirección –de ERC a Mas y de Mas a ERC–, que busca señalar responsabilidades ante el fracaso del bloque independentista en la gestión del resultado del 27-S y que pretende empezar a tomar posiciones con vistas a las nuevas elecciones.
PRESIÓN Más presión de los republicanos sobre el líder de CDC para que ceda la presidencia PROPUESTA Súmate se acerca a la CUP y propone a Munté de presidenta y Mas de conseller en cap