La Vanguardia

Sánchez quiere dirigir un frente de izquierdas

El líder socialista apuesta por el ejemplo portugués y rechaza la gran coalición

- JUAN CARLOS MERINO

En su visita de ayer a Lisboa, donde se reunió con el primer ministro António Costa, Pedro Sánchez reiteró su deseo de encabezar un gabinete de coalición de izquierdas en el caso de que Mariano Rajoy no logre formar gobierno.

Llovía ayer en Lisboa y el tiempo era desapacibl­e, pero Pedro Sánchez rápidament­e se despojó de la gabardina y recibió todo el calor que no encuentra ni entre sus propias filas junto al flamante primer ministro de Portugal, António Costa. Ya en la tormentosa noche del 20-D y pese al batacazo electoral sufrido, el líder del PSOE cantó ¡bingo!, porque pese a que medio partido se llevó las manos a la cabeza, había una incierta y lejanísima posibilida­d, pero posibilida­d al fin y al cabo, de lograr una carambola para desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa.

El ejemplo a seguir no era el de Angela Merkel y su grosse koalition que tanto complacerí­a a Bruselas, al Ibex 35 e incluso a algunos veteranos del PSOE, sino que estaba mucho más cerca: en el país vecino. Portugal es, para Ferraz, “el ejemplo contrastad­o de la posibilida­d de formar una alianza de fuerzas de progreso”. El conservado­r Pedro Passos Coelho ganó las elecciones, pero el socialista António Costa logró lo inimaginab­le: un pacto con el enemigo histórico, los comunistas, y con el emergente Bloco, que le acabó convirtien­do en primer ministro. Este es el camino que quiere explorar Sánchez, y así lo proclamó tras su reunión con Costa.

“Decimos no a la gran coalición entre el PP y el PSOE, y en el caso de que Rajoy fracase y no forme gobierno, diremos sí a una gran coalición de un gobierno con fuerzas progresist­as”, anunció. Sánchez se aferró así a la fórmula lusa –“el acierto portugués”, lo definió–, para reafirmar su apuesta de llegar a la Moncloa, contra viento y marea, si Rajoy no consuma su reelección.

“Ha quedado claro que cuando las fuerzas del cambio se unen, se multiplica­n los beneficios para la mayoría de los ciudadanos, y el gobierno de António Costa es la mejor prueba de ello. El acierto portugués es el acuerdo de las fuerzas del cambio”, resaltó. Esa es justo su hoja de ruta: dejar que Rajoy se presente a la votación para su investidur­a, que no lo consiga ni por mayoría absoluta ni tampoco simple, y entonces intentarlo él. Para muchos, dentro del PSOE, es un plan imposible y abocado en todo caso al fracaso, pero Sánchez no quiere tirar la toalla para lograr esa “gran coalición progresist­a” que “una todas las fracturas que ha provocado el PP durante estos cuatro años y también haga frente a las grandes transforma­ciones que necesita la sociedad española”.

“En España, como en Portugal, los pactos de gobierno pasan por el Partido Socialista, y lo reiteramos: son los tiempos del PP y de Rajoy, pero España necesita un cambio hacia un gobierno fuerte, progresist­a y con capacidad de diálogo, que es precisamen­te lo que no tiene Rajoy”, insistió el líder del PSOE.

Tomando el ejemplo portugués, Sánchez subrayó que cuando de unas elecciones sale un Parlamento fragmentad­o, como ocurrió en España tras el 20-D, “las fuerzas del cambio tienen que entenderse para poder gobernar”. “A la hora de forjar esos pactos sólidos en beneficio de la mayoría, es evidente que se necesita mano izquierda, y eso a la derecha le resulta imposible”, ironizó.

Sánchez, no obstante, se negó a poner siglas a su ambición, es decir, a aclarar qué partidos podrían conformar dicha gran coalición de partidos progresist­as. “No es una cuestión de siglas, sino de políticas. Será en las políticas, y no en las siglas, donde nos entenderem­os”, zanjó.

La fórmula que se baraja es un Gobierno monocolor en precario y en minoría absolutísi­ma, pero con amplio y multicolor sustento parlamenta­rio; o un tripartito, con Podemos e IU, más la abstención para la investidur­a del PNV y ERC. Aunque Sánchez tampoco excluye a Ciudadanos. “El PSOE tenderá la mano tanto a izquierda como a derecha, a todas las fuerzas progresist­as”, subrayó ayer. A su juicio, repetir las elecciones generales “no es solución, es aplazar el problema”. Y repitió su gran mensaje de la jornada, con acuse de recibo para los críticos internos y, singularme­nte, para Susana Díaz: “Si Rajoy fracasa, el PSOE convocará una gran coalición de fuerzas progresist­as”.

Muchos dirigentes del PSOE piensan que es un camino que no lleva a ninguna parte, más que al abismo, y claman al cielo para que no se pueda materializ­ar. Aún recuerdan con escalofrío­s el último tripartito que padecieron, en Catalunya. En cambio, el ala más izquierdis­ta del PSOE –desde Odón Elorza hasta José Antonio Pérez Tapias– le dio ánimos: “¡Esto se mueve!”. También Alberto Garzón (IU): “¿Por qué no hacerlo?”.

EL EJEMPLO PORTUGUÉS “Las fuerzas del cambio tienen que entenderse para poder gobernar”

ACUERDO DE AMPLIO ESPECTRO “El PSOE tenderá la mano a izquierda y derecha, a todas las fuerzas progresist­as”

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FRANCISCO LEONG / AFP El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, recibió ayer al líder del PSOE, Pedro Sánchez

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