La Vanguardia

Isabella Rossellini: “No quería ser actriz porque mi madre era una leyenda”

- GABRIEL LERMAN Los Ángeles. Servicio especial I s abel l a Rossel l i ni , a c t r i z , e s t re na ‘J oy ’

Aunque nunca dejó de filmar, hacía ya mucho tiempo que no se la veía en una producción de Hollywood, pero su participac­ión en

Joy junto a Robert De Niro y Jennifer Lawrence es un buen recordator­io de su talento como actriz. Hija de Ingrid Bergman y el gran Roberto Rosellini, exesposa de Martin Scorsese, y leyenda de la belleza y de la moda, Isabella ha dejado su marca en el cine con inolvidabl­es perfomance­s en Ter

ciopelo azul, de David Lynch (con quien también estuvo involucrad­a sentimenta­lmente), Sin miedo

a la vida, de Peter Weir, y el telefilm Crime of the Century por la que obtuvo su única nominación al Globo de Oro. A los 63 años, Isabella es además una directora consumada, una fan del arte experiment­al y la mejor embajadora de la memoria de su madre, de cuyo nacimiento se cumplieron en agosto cien años.

¿Le sorprendió que David O. Russell la convocara?

Por supuesto. Además cuando me llamó en lugar de hacerlo por la linea regular de teléfono lo hizo por Facetime, algo que yo nunca había usado. Vi aparecer una cara que no conocía y cuando le pregunté quién era me dijo: “David O. Russell”. Yo estaba en un taxi en Nueva York y durante 45 minutos me habló de un escobillón. Yo no entendía nada. Pero luego tuvi- mos un encuentro formal, que iba a durar una hora y terminó durando ocho. Tuvimos una conexión inmediata. Me gusta la gente excéntrica y me quedé hablando con él porque sé que no se puede juzgar a una persona en media hora. Luego tuvimos una reunión con Robert De Niro en donde de pronto David me pedía que le hiciera una caricia para ver si teníamos química o me pedía que interpreta­ra a Trudi delante de él. Luego pasó un mes sin que supiera nada y de pronto, cuando estaba en París haciendo mi monólogo sobre animales, me llama a las 2.30 de la mañana y me pregunta si puedo estar por la mañana en Los Ánge-

les para hacer una prueba de vestuario. Nunca me dijo formalment­e que me había contratado y tampoco se lo dijo a nadie. Es un poco despistado, pero me alegro de que me haya elegido.

¿Su personaje era una italiana antes de que la contratara­n?

No. Creo que la hicieron italiana por mí. Lo importante es que ella fuera alguien que no pertenecie­ra a esa comunidad. Ella es viuda, y si hubiera tenido una familia, gente en la que apoyarse, probableme­nte no habría terminado en una relación tan estrecha con el padre de Joy. Pero siendo extranjera era muy dependient­e de su esposo. Al fallecer él, sintió la necesidad de tener a un hombre al lado. Le resultaba imposible verse sola y por eso está tan pegada a Rudy, el personaje de De Niro. Todo el tiempo se nota que ella no pertenece a allí,

REGRESOA HOLLYWOOD Participa en lo nuevo de David O. Russell, junto a Robert De Niro y Jennifer Lawrence

EL PERSONAJE Interpreta a una inversora italiana con joyas y cachemir pero dependient­e del esposo

H “SentíIJ A D E I que NG R I D tenía BE R G M queA N dedicarme a otra cosa..., me arrepiento de haber dudado tanto, habría empezado antes”

CONSEJOS “Cuando por fin me decidí a ser actriz, mi madre ya había muerto y no pude pedirle consejos, algo que lamento”

REGLA FINANCIERA “Cuando uno tiene una cuota de éxito ha de prever para cuando ya no la tenga; ahora soy mayor y no trabajo tanto”

porque mientras el resto va vestido de manera normal, ella va con sus joyas y su jersey de cachemir. Supongo que David debe de haber hablado con otras actrices, y si es italiana en la película, debe de serlo para explicar el acento que tengo cuando hablo, pero podría haber sido polaca o española.

Joy habla de relaciones entre madres e hijas. ¿Cómo fue en su caso? Mi relación con mi madre es muy diferente de la que tiene Joy con la suya, porque nosotras crecimos en Europa y el contexto era completame­nte diferente. Pero hablando de mi madre, hay un documental sobre ella que se llama In

grid en sus propias palabras, con el que estoy muy involucrad­a, porque se cumplieron cien años de su natalicio. Ahí se habla mucho de su éxito, de los aspectos positivos

y negativos. Tengo un hijo y una hija, y ella es la editora de la sección de comida de una revista digital, Refinery 29. En cambio mi hijo, que es mucho más joven, quiere ser fotógrafo.

¿Ve alguna conexión entre su madre y Jennifer Lawrence?

Es posible, yo creo que Jennifer va a ser una actriz legendaria. Mi madre llegó a Hollywood con 22 años y se convirtió en la que todos adoraban. Fue fantástico, pero también implicó una revolución en su vida. Lo mismo vale para Jennifer, que es muy cálida y tiene los pies sobre la tierra, pero en todas partes la están acechando paparazzi con lentes de larga distancia. Todo el tiempo se tiene que mover con guardaespa­ldas. Creo que tiene que pagar el precio de la fama y la admiro porque está decidida a ser una chica normal. Me impresionó verla trabajar en el plató, lo inteligent­e que es y lo rápido que analiza una situación. Creo que tiene un talento increíble y estoy segura de que ha venido para quedarse.

¿Qué clase de consejos le dio su madre sobre la actuación?

La verdad es que yo nunca pensé que fuera a ser actriz. Comencé a dedicarme a esto cuando tendría unos treinta años, o sea bastante tarde, y una de las razones por las que me resistí tanto es porque mi madre era muy famosa, una verdadera leyenda, por lo que yo sentía que tenía que dedicarme a otra cosa. Por eso empecé a modelar, y me fue muy bien. Mucha gente me empezó a preguntar si yo creía que podía evoluciona­r y convertirm­e en actriz. Yo ya había hablado de este tema con mi madre y cuando le expliqué por qué no quería seguir sus pasos, ella me dijo que si surgía una oportunida­d no la tenía que desperdici­ar. Que a ella le había encantado actuar y que a mí me podía llegar a gustar. Lo cierto es que cuando finalmente me decidí a dar ese paso, mi madre ya se había muerto y no le pude pedir consejos, algo que lamento. También me arrepiento de haber dudado tanto. Tendría que haber sido más valiente y haber empezado mas joven. Pero los zapatos de mi madre eran muy grandes para llenar, y cuando eres joven quieres ser independie­nte y diferencia­rte de tu familia.

Su personaje en la película es una inversora. ¿Cuáles son sus propias reglas en lo financiero? Yo creo que cuando uno tiene una cuota de éxito tiene que prever para cuando ya no lo tenga. Me estoy muy agradecida por haber pensado así, porque ahora soy mayor y no trabajo tanto, pero cuando mi carrera era muy intensa era algo que tenía muy en cuenta. Es que lo vi con mi madre. Ella volvía a Hollywood a visitar a sus amigos y algunos de ellos eran grandes estrellas pero tenían que vivir con muchas limitacion­es porque no tenían dinero. Cuando el éxito llega a su momento más intenso tienes que ser como una ardilla que guarda sus nueces para cuando venga el invierno...

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FRANCO ORIGLIA / GETTY
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MERIE WEISMILLER WALLACE / AP

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